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martes, 26 de abril de 2016

Enfoque: Polémica en torno a la Cruz del Calvario


Guillermo Rodríguez. No por mucho repetir una falsedad esta adquiere la categoría de realidad. Se viene reiterando en los últimos años una polémica que enfrenta a la Hermandad del Calvario y a los propietarios del puesto de caracoles existente junto a la Torre Malmuerta y este año no ha sido una excepción. Una polémica en la que no necesariamente es plausible mantener una posición equidistante, habida cuenta de que la verdad solamente tiene un camino, el que sustentan los datos documentales, los decretos y los contratos suscritos.

La polémica deriva de que ambos organizadores pugnan por el mismo espacio, la explanada que linda con la Facultad de Relaciones Laborales junto a la Torre Malmuerta, en el origen de la Avenida de las Ollerías. La cuestión es que llegada la fecha de las cruces de mayo, corresponde a la Hermandad del Calvario instalar en este lugar su cruz de Mayo y el inquilino habitual del espacio público durante el resto del periodo que comprende la campaña de caracoles, debe abandonar este terreno para permitir a la corporación de San Lorenzo realizar la labor para la que goza de todos los permisos oportunos concedidos por el Ayuntamiento de Córdoba, circunstancia que se viene repitiendo en los últimos años, saltando la polémica de manera periódica cada año en la misma época.

2016 no ha supuesto ninguna excepción. Una vez más, los responsables del puesto se quejan amargamente de lo que ya sabían cuando solicitaron establecer allí su negocio, y una vez más, han de ser los cuerpos de seguridad quienes les insten a cumplir con lo firmado. Según declaraciones concedidas al Día de Córdoba, Manuel Alonso, representante de la familia que ostenta la propiedad del puesto de caracoles afirma que "los 6.000 euros que abona al Ayuntamiento por la ubicación del puesto y el cambio de lugar supone que tengamos otra vez que acometer los enganches, por ejemplo, de luz y agua" al tiempo que acusa a los regidores municipales de estar "prevaricando" y asegura que la cruz de mayo del Calvario debería instalarse en la Plaza del Poeta Juan Bernier y no junto a la Torre Malmuerta en base al decreto que establece el lugar que corresponde a cada cruz, circunstancia esta última negada por Rafael Guerra, hermano mayor de la Hermandad del Miércoles Santo quien al mismo tiempo ha recordado que los propietarios del puesto, que gozan de la concesión por un periodo de tres años firmaron "sabiendo la condición de que cuando llegara la hora de montar la cruz de mayo, ellos tenían que mudarse, como ha ocurrido en años anteriores, a la acera de enfrente".

Más allá de filias y fobias o posicionamientos en un sentido u otro, lo que parece meridianamente claro en este caso es que el traslado del puesto se ha realizado año tras año con la llegada de la fiesta de las Cruces y que, como no podía ser de otro modo, los ahora responsables del negocio eran perfectamente conscientes de esta condición cuando se hicieron cargo del mismo, al tiempo que basta con acercarse en fechas de cruces por el citado puesto, comprobar la afluencia de público y compararla con el resto de días de la campaña para comprobar quien sale beneficiado con que se instalen dos cruces, cofrades para más señas, geográficamente tan cerca... que además está obteniendo publicidad gratuita a costa del pataleo gratuito. Tomemos buena nota los cofrades cuando gustemos un tazón de caracoles, y obremos en consecuencia, a ver si por una vez en la vida somos tan corporativos como otros colectivos.









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