Agentes de la Policía Nacional se cuadran y saludan la entrada en la Basílica del Señor de la Sentencia. La escena podría pertenecer a cualquier mañana de Viernes Santo, pero su importancia en el hecho de apreciar la forma en que se rinde respeto por una Imagen, en unos tiemmpos en que esos valores no es que caigan en el olvido, es que se entienden como contravalores.
Si la imagen vale más que mil palabras y las palabras las pusieron Javier Prieto y Rafa Serna en una levantá histórica, todo forma ya parte del recuerdo de una mañana de Viernes Santo que, una vez más, dejaba en la Macarena el sabor más puro de Sevilla porque es la forma en que Sevilla entiende el amor a la Madre de Dios y a su bendito Hijo y hasta la Policía Nacional se rinde a Ellos.