Blas J. Muñoz. Será el próximo 27 de junio cuando, tras
casi cuatro años de mandato, Francisco Gómez Sanmiguel y su equipo se
sometan a la "evaluación" de su gestión, por parte de la Asamblea de
Hermanos Mayores. Si como hasta la fecha todo apunta a que puede
concurrir en solitario al proceso electoral, el resultado final cobrará
tintes de reválida.
De los últimos meses de su mandato -lo reciente suele pesar
más en la memoria-, el hecho de que las hermandades decidieran ir todas
a la Catedral en la Semana Santa de 2016 (a las que la lluvia no se lo
impidió, se entiende) ha supuesto uno de los logros manifiestos tanto de
la Agrupación como de las cofradías. En este momento, a días de una
asamblea que decida la conveniencia del traslado de la carrera oficial
al entorno catedralicio, este aspecto cobra una mayor relevancia.
El proceso electoral será, por tanto, "doble" en el sentido
de que las dos votaciones -cambio de recorrido oficial, primero, y
elección de Presidente, días más tarde- van en bien a medida
interrelacionadas y marcarán el futuro inmediato del responsable de las
hermandades, por un lado, y el más estable en el tiempo de la carrera
oficial, por otro.
A todo ello se suman cuatro años en los que hemos asistido a
dos eventos de carácter Magno (Vía Crucis de la Fe y Regina Mater), así
como a un vuelco de la situación política que, inevitablemente, ha
propiciado una diferencia en las relaciones institucionales con los
responsables municipales que, en diversos aspectos, aun parecen por
redefinirse, en cuanto a los responsables del gobierno local atañe.
Elementos que, a buen seguro, estarán en la reflexión del medio centenar
de representantes cofrades que habrán de emitir su valoración el lunes
27 de junio.
Foto Álvaro Córdoba Hinojo