Guillermo Rodríguez. Comenzó a frustrar la inoportuna lluvia la tarde de primavera en la ciudad de San Rafael, cuando llegué a la cita convenida con el protagonista de las interesantes reflexiones que nos disponemos a compartir con todos nuestros lectores. A pesar de llegar al lugar prefijado a la hora prevista con puntualidad británica, mi interlocutor ya se encontraba esperando a las puertas del magnífico edificio del Conservatorio Profesional Músico Ziryab, lugar en el que José Luís Jurado González cursa sus estudios de trompa de Grado Profesional, con Gabriel Córdoba y a cuyos responsables estamos profundamente agradecidos por haber cedido un aula para realizar esta entrevista, al igual que a Raúl Hernández, que ha colaborado desinteresadamente con su excelente reportaje fotográfico para ilustrarla.
José Luís Jurado es un hombre afable, perfeccionista y cercano, detallista, sincero y directo en sus manifestaciones, que no reniega de ninguna cuestión y que afronta con una absoluta honradez y valentía una conversación a pecho descubierto, en la que se abordan diversas cuestiones con una amplitud de materias que van desde sus reflexiones personales a asuntos que entrañan un considerable punto de polémica sin mostrarse dubitativo en ningún momento.
Un músico cofrade y cristiano con las ideas meridianamente claras y sin el más mínimo atisbo de miedo a la hora de manifestar sus opiniones. Un lujo conversar con quien no lleva el freno de mano echado y dice lo que piensa, con una persona de demuestra un nivel y una formación que no es tan generalizado en el universo cofrade como sería deseable. Una entrevista sin pelos en la lengua que merece mucho la pena leer con absoluto detenimiento. No pierdan detalle.
José Luís Jurado es un hombre afable, perfeccionista y cercano, detallista, sincero y directo en sus manifestaciones, que no reniega de ninguna cuestión y que afronta con una absoluta honradez y valentía una conversación a pecho descubierto, en la que se abordan diversas cuestiones con una amplitud de materias que van desde sus reflexiones personales a asuntos que entrañan un considerable punto de polémica sin mostrarse dubitativo en ningún momento.
Un músico cofrade y cristiano con las ideas meridianamente claras y sin el más mínimo atisbo de miedo a la hora de manifestar sus opiniones. Un lujo conversar con quien no lleva el freno de mano echado y dice lo que piensa, con una persona de demuestra un nivel y una formación que no es tan generalizado en el universo cofrade como sería deseable. Una entrevista sin pelos en la lengua que merece mucho la pena leer con absoluto detenimiento. No pierdan detalle.
¿Para quien no le conozca quién es José Luís Jurado?
Soy un hombre sencillo, jovial y
alegre, me gusta disfrutar de mis amigos, de las pequeñas cosas de las que creo
que mucha gente no es capaz de disfrutar, como ver cómo se cae una hoja de un
árbol, de ver pasar una nube… de esas cosas… estoy muy enamorado de la vida.
...Porque el detalle es importante ¿no?
Sí, mucho, yo al menos esta vida no la concibo sin
detalles. Es... como con la música. Hay gente que dice que una garrapatea no sirve
para nada, pero si está ahí es por algo. Históricamente ha estado ahí por algo y
ahora no se le presta atención. Es cuestión de prestarle atención a esos
detalles.
¿Cuántas formaciones musicales cuentan con José Luís Jurado en la
actualidad?
Salud de Córdoba y Virgen de Luna
de Villanueva.
¿En que cree que ha cambiado la música cofrade en la ciudad de
Córdoba en los últimos años, y a qué obedece el cambio sustancial de calidad
que ha experimentado?
Este cambio se ha producido
porque los directores de todas las bandas han optado por formarse, ya sea a
través de estudios reglados o a través de escuelas y academias de música, para
intentar transmitir a los componentes de sus bandas lo que han aprendido.
¿Y aún así cree que le falta profesionalización a la música cofrade?
Muchísima. Yo creo que a la
música cofrade le hace falta que los músicos dejen de pensar que están
tocando en el medievo. Los músicos somos muy obtusos, no en la música cofrade
en sí sino en cualquier tipo de género musical. Hay gente que no concibe el cambio.
No se explica el Clasicismo sin que llegase Beethoven y lo rompiera. En la
música cofrade ocurre lo mismo, está muy cerrada, o tocas Presentación, o tocas
Triana o tocas Cigarreras.
¿Muy estática?
Sí, al menos en las cornetas. No
somos capaces de hacer como las bandas de música o las agrupaciones, que no les
importa que una marcha tenga uno u otro origen, que pueden tener en el mismo
repertorio marchas muy diferentes. La música no deja de ser música. El problema
que tenemos las bandas de cornetas es que creemos que si estamos dentro de un
estilo, ya no nos podemos mover. Y las cornetas en sí es un estilo cada día
menos puro, salvo Bomberos de Málaga, Centuria Macarena y Esencia con sus
pequeñas variaciones, el resto hemos optado por ser mixtas, nos hemos
convertido en bandas de viento y metal. Cornetas puras prácticamente esas,
sobre todo Bomberos de Málaga, que es la madre, el que piense lo contrario está
equivocado. Las demás no somos cornetas y tambores, somos cornetas, trompetas,
tambores, bombardinos, tubas, trombones…
... con todo lo que ello conlleva, las bandas de este estilo se han
convertido en diferentes y es la realidad pese a que algunos renieguen de esta
evolución
Vamos a ver, una banda puede
tener una plantilla instrumental amplia y respetar lo que hay escrito. Puedes
afrontar una partitura de Alberto Escámez a tres voces y un director lo que
tiene que hacer es, con los conocimientos que musicalmente ha adquirido, instrumentarlo todo sin que pase a ser otra cosa que Alberto Escámez. Yo no voy
a violar una partitura original que hizo Escámez hace cien años para Bomberos
de Málaga. El problema está en ese inmovilismo de estar aquí, aquí o aquí y hay
un abanico muy amplio.
¿Falta experimentación en las cornetas?, ¿arriesgar?
Yo creo que sí, lo que pasa es
que volvemos a lo de antes, vivimos instalados en el medievo y da mucho miedo
atreverse a evolucionar, vaya que “llegue la Iglesia y zas…” Yo admiro lo que
están haciendo Cigarreras y Triana, se están arriesgando y con ello dando pie a
que los demás se arriesguen. Te hablo, por ejemplo de dos obras recientes, La
Fe de Fran Ortiz de Triana y Prendido de Las Cigarreras. Son dos obras, con una
forma de interpretación muy personal, muy diferente, pero para mi la música
sigue siendo lo mismo.
Yo he escuchado a Cigarreras
tocar una marcha de Triana en la Capilla de los Marineros con su particular
forma de interpretarla. Una marcha de Tres Caídas tocada por Cigarreras que no
sonaba a Tres Caídas sino a Cigarreras. Confundimos el estilo con la interpretación
y eso es falta de cultura musical, no ya en las bandas sino en este país, en el
que hay una escasez de cultura musical increíble, lamentable.
Todo el mundo para lo que sea
consume música, que estás mal, consumes música, que estás bien, consumes música.
Por eso se debería apreciar el trabajo, lo que se hace, por qué se hace… en el
momento en que se empieza a comprender la música la mente se abre.
Nosotros nos decantamos
originalmente por el estilo de Presentación al Pueblo, pero luego nos dimos cuenta
que podíamos abrir el abanico e incluir marchas de Rosario de Cádiz, de
Cigarerras, del Sol, y tocamos marchas clásicas. ¿Qué estamos tocando...seis
estilos? No, estamos tocando cornetas y tambores adaptado a viento metal.
¿Si le pregunto por revolucionarios en las cornetas?
Yo destacaría a Fran Ortiz, a Francisco
Javier Torres Simón, autor de Prendido, y sobre todo al mayor revolucionario
que hubo y que habrá en la historia que fue Francis González Ríos, en la medida
en que se incorporan marchas de profesionales la música se abre.
¿Y Larrinaga?
A mí me encanta...¿ revolucionario?...sí y no...podemos decir que ha creado algo nuevo dentro de una línea que viene de antes. Pero en este caso, si hablamos de revolución, hablaría de
Jorge Águila porque él ha sido el primero en hacer bandas sonoras para marchas
de Semana Santa. Yo creo que toda esta revolución que se está produciendo
es la lógica evolución de incorporar la profesionalización a las cornetas y
tambores, la formación aporta más apertura, nuevos prismas.
Háblenos del proyecto que está poniendo en funcionamiento en
Villanueva
Surgió unos días antes de Semana
Santa, viendo que había gente que estaba pidiendo entrar a la banda. Yo ya no
concibo entrar en una banda sin algo de formación para que cuando se le
explique algo sea capaz de comprenderlo y ejecutarlo. No hablo sólo de conocer
las figuras musicales sino de comprender la música, es necesario entender la
música que se va a tocar. De modo que propusimos hacer una pequeña escuela de música
y se nos ha ido de las manos. Teníamos una previsión de 25 o 30 personas y
tenemos una lista de 187 alumnos. No se qué habrá pasado, no acabamos de
entenderlo, de tener una plantilla de 50 o 60 personas, nos encontramos con 187
personas esperando entrar en la banda, que van a aprender y a disfrutar de la
música. Eso se lo estoy inculcando desde el principio, cuando se toca en una
banda hay que disfrutar de la música.
¿Y qué porcentaje de éxito tiene José Luís Jurado?, porque ligándolo
un poco con la anterior pregunta, ¿es José Luís Jurado un revolucionario?
No, yo no, ya me gustaría a mí. A
mí me gusta hacer las cosas bien. Para revolucionar hay mentes más preparadas
que la mía. Pero lo que si es verdad es que si tú estás preparado y un
revolucionario te da un papel para interpretar, ahí puede haber una buena
simbiosis. Por eso la formación es fundamental.
¿Pero se considera arriesgado?
Ah, eso sí.
A eso me refería cuando hablaba de revolucionario. En la música,
como en cualquier otro ámbito de la vida, uno tiene dos opciones, vivir con lo
que te toca o dar un pasito más. A mi la sensación que me da es que usted es de
los que dan ese pasito más.
Por supuesto, pero me gusta dar el paso cuando estoy convencido
de que la gente que está conmigo está suficientemente capacitada para dar
también ese paso sin miedo, porque se puede llegar con una partitura que para
un músico profesional puede ser una pasada pero no olvidemos que la música
procesional está hecha para que la entienda el pueblo. Llegar con una composición
complicada es muy difícil y sobre todo que tenga éxito. Cuando das un paso
adelante te arriesgas a que no se acepten y lleguen las decepciones aunque
luego te vengas arriba y sigas trabajando, no te queda otra.
Yo no soy un músico que lleve en
el coche música de Semana Santa. Yo llevo a Bach a Haydn… por eso muchas veces
me preguntan si he escuchado una marcha nueva y respondo que no. Porque además
creo que es contraproducente para escribir música llevar la mente llena de lo
que escuchas. Por eso tampoco soy alguien que escriba muchas marchas. Ahora, lo
que sí es verdad es que quien viene a buscar una marcha mía sabe lo que viene a
buscar. Viene a buscarme a mí personalmente. Yo tengo mi propio estilo. La marcha que le hecho a la banda de la Cena es una marcha superclásica. Desde que
empieza hasta que acaba la estructura. Tiene mi personalidad pero es clásica,
porque ellos llevan mucho repertorio de ese estilo y cuando hablé con Rafa
Palos me dijo que es la forma de interpretar que a ellos les gusta, su estilo,
y yo me adapté. Tuve que ponerme a estudiar y escuchar Santa María de la
Algaba, Arahal y Manuel Rodríguez, para darle lo que se pretende, aunque luego
se le añada tu propia personalidad. Lo que sí es verdad es que soy muy peculiar
escribiendo. A mi me retaron a que no era capaz de hacer algo flamenco y ahí
está Bajo la Alhambra que no llega a ser flamenco pero tiene la cadencia
andaluza, está estructurado con un falso tres por cuatro, partes estructuradas
con un falso seis por ocho… como si fuera ternario.
¿Cuáles son sus perspectivas con el proyecto de Villanueva?
Primero formar un grupo humano de
calidad, de compañeros, de amigos. Y luego que se formen musicalmente, que
disfruten de la música, que no tengan miedo a dar ese paso adelante. Llegará un
momento en que termine mi tiempo en Villanueva, por decisión mía o suya, pero
yo quiero que mi trabajo quede para siempre. Que nadie me pueda decir que he
ido por dinero sino a trabajar y mi trabajo está en este niño, en ese otro y en
aquél.
¿Cuáles cree que son los puntos fundamentales que han provocado la
incuestionable evolución de la Banda de la Salud desde su origen o al menos
desde que en 2010 se hizo usted cargo de la dirección musical?
Aparte de la formación, hemos
hecho un grupo humano excepcional. Somos capaces de discutir y a los cinco
minutos recular para que todo esté bien. Hemos hecho un grupo humano con
cohesión y coherente. La gestión del grupo por parte de Ricardo es
absolutamente esencial. Él ha logrado que todos formen un grupo de amigos, una
gran familia, y técnicamente la evolución se ha fundamentado en la estabilidad
del grupo. Más de sesenta personas llevamos juntos más de cuatro años, señal de
la cohesión que mencionaba.
¿Cree que la Banda de la Salud está suficientemente valorada en
Córdoba?, o dicho de otro modo, ¿estaba el año pasado mucho menos valorada de
lo que lo está ahora?
Yo creo que la banda está
valorada, lo que ocurre es que hay quien no ha sabido ver lo que tenía en casa
hasta que no han venido de fuera a constatarlo.
¿Continúa Córdoba buscando fuera lo que tiene en casa?
Sí, pero no sólo por la Salud
sino por Coronación, por Caído y Fuensanta, por Cristo de Gracia, por
Redención… que es la mejor banda que hay en Córdoba, vamos a ser claros, vamos a
hablar por derecho, es la mejor banda que hay en Córdoba. La gente dice que ha
tenido bajones, pero habrá sido de gente, porque yo no le he encontrado bajón de
calidad a Redención. Ellos tienen una forma de ver la música, y en eso les
admiro, que no han abandonado pase lo que pase y guste más o guste menos. Ellos
tienen su concepción y van a muerte con su música. Al abrirse más el abanico de
composiciones entra en juego el gusto particular de unos y otros. Pero sin
entrar en una u otra banda, en Córdoba no se comprende que se puedan hacer los
cosas bien y se buscan fuera bandas con peor calidad que la que tienen las de
dentro.
El otro día leí una reflexión que decía que un director de una banda
no debe nunca imponer lo que se debe tocar en una cofradía, puede aconsejar,
puede orientar…
Claro y debe haber un consenso
con la hermandad. Las bandas están formadas por personas que necesitan un
tiempo de calentamiento para hacer bien su trabajo y los repertorios deben
estar adaptados a esos tiempos. Las bandas no son un CD y los músicos necesitan
este tiempo. Una persona que levante 150 kg no intenta levantarlos a la
primera, necesita ir calentando hasta llegar a su nivel.
Pero mi pregunta no iba por ahí, no se si no me he explicado o que
usted no ha querido entrar. Si una banda le toca a hermandades de muy diferente
corte…
La banda se debe adaptar
evidentemente…
¿O debe mantener su estilo pase lo que pase? Hay un ejemplo muy
concreto. Tres Caídas de Triana le toca al misterio de la Amargura.
Y le toca clásico, un repertorio
clásico excelente, impecable.
Y en ese sentido, ¿qué banda de la Salud vamos a escuchar el próximo
Miércoles Santo?
Una banda seria. Una banda como
la que estuvo tocando en el Concierto de Cuaresma del Calvario. Un repertorio
de marchas serias... clásicas y serias, que es lo que le va a a una cofradía de
ese corte. No hace falta tener un repertorio de marchas clásicas muy extenso, se puede tener un repertorio de 10 o 12 marchas clásicas, otras 10 o 12 marchas
serias, y con serias me refiero a que no sean necesariamente comerciales. Córdoba
el Miércoles Santo se va a encontrar una banda tocando marchas serias. ¿Quién
ha dicho que vayamos a tocar al Calvario Eternidad o Bajo la Alhambra?… es que
no le pega... o sí, eso no lo sabemos hasta que ocurra o no ocurra. Históricamente
la hermandad ha llevado un repertorio serio y nosotros respetaremos la
historia. Es como si Redención le tocase a Clemencia Alma de Dios cuarenta
veces, no tendría sentido.
O volviendo la oración por pasiva, y utilizando el mismo ejemplo, es
como si Redención se negase a tocar Alma de Dios a otra cofradía de un corte
contrapuesto a Clemencia porque no les guste. ¿Habrá que adaptarse a la
hermandad con la que se contrata, o no?
Sí, sí, totalmente,... al menos
intentarlo. A nosotros se nos ha dado el caso de montar una marcha y terminar
desechándola porque no funcionaba. Si una marcha no le gusta a la banda es
imposible que termine sonando. Sea como sea, en el repertorio que estamos
planificando para el año que viene hay un número interesante de marchas
clásicas. Aún así estamos pendientes de una reunión con el Calvario para
abordar este asunto y llegar a un entendimiento. Con el Amor habrá que hacer
algo similar. Yo imagino que a un crucificado no querrán verlo con
determinadas marchas o a lo mejor sí, al ser una hermandad de barrio.
Cambiemos de tercio. ¿Cree que la puerta que se ha abierto en
Sevilla para facilitar la llegada de bandas de otras latitudes puede favorecer
que veamos a bandas cordobesas tocando allí?
Ya hubo una. La puerta estuvo
abierta. Yo en ese aspecto admiro a Sevilla, su música es la mejor, aunque no
lo sea, su música es la mejor, tenga la calidad que tenga. Ahora ha llegado una
banda con una calidad muy buena y se ha abierto hueco y creo que no será la
única, más pronto que tarde creo que veremos a la Pasión de Linares tocando en
Sevilla y creo que va a ser muy pronto. Haciendo un símil está claro que se ha
abierto la veda.
¿Y veremos bandas cordobesas en Sevilla?
Claro, ¿por qué no?, Si seguimos
trabajando en Córdoba como lo estamos haciendo, yo creo que sí.
De todas formas el mundo no se acaba en Sevilla ¿no?
El mundo es muy grande. La música
es más que Sevilla. Yo puedo tocarle una marcha a un Señor de Sevilla o a un
Señor de Badolatosa, tan importante es una como la otra. El problema que
tenemos es que los importantes somos los músicos y lo importante es lo que
representa, lo que llevamos delante, algo que es más que todo esto. Hoy están
los egos tan subidos que no nos damos cuenta que los músicos somos simplemente
algo que está ahí detrás y que lo importante es lo que va arriba, ni los
costaleros, ni las mantillas, ni las bandas, ni los nazarenos, ni que el paso
esté más o menos dorado, lo importante
es lo que va arriba, los demás somos complementos.
Ocurre que como esta sociedad
está denostando a la iglesia, cada día nos centramos más en lo banal, ... la música, ... en que tengo un palio bordado pero me voy a hacer otro más bordado porque si
no, no llamo la atención...
¿Y a lo mejor se fomenta desde determinados ámbitos esa
trivialización?
Incluso desde la Iglesia se está
fomentando esa trivialización. Y no hablo ya de los sacerdotes sino de los propios
cofrades que en primer lugar deben ser cristianos y actuar como tal y no pensar
que mi hermandad es mejor que otra porque llevo mejor banda. Tu hermandad será
una gran hermandad cuando tú tengas en tus cultos a la mayoría de tus hermanos.
Eso es una cofradía. Y si un año no puedo salir porque tengo que ayudar a un
grupo de hermanos que está pasándolo mal, pues no salgo, y no gasto el dinero
en eso, lo invierto en otra cosa más importante. Yo pienso así,... estaré
equivocado o no... pero es mi punto de vista.
¿Qué piensa del fenómeno fan que hay alrededor de las bandas? Hablo
de esa imagen de una banda detrás de un paso y la gente grabando a la banda en
jugar de al paso…, algo que a un compañero nuestro le molesta especialmente
A mí me molesta mucho porque la
gente no piensa que somos personas y que nos podemos asustar. Un chaval que no
esté acostumbrado por ser su primer año, puede estar tocando y encontrarse de
pronto cuarenta móviles encima suya. Lo más probable es que a ese muchacho le
de un ataque de ansiedad o que le den un golpe y le hagan daño. El mundo de las
redes sociales es muy complicado. Cuando alguien hace un trabajo cara al
público, te expones a la crítica, a que hablen bien de tí o mal, y te
expones a que te graben y lo publiquen. No se le puede decir a alguien que no
grabe porque estás haciendo un trabajo en la calle, pero debe hacerse con
respeto y a una distancia lógica y no meter la cámara en el instrumento. Las
críticas hay que aceptarlas y aprender de los errores, para lograr que los días
malos que existen sean los menores posibles.
Y el hecho de centrar la atención en la banda en lugar de hacerlo en Quien va en el paso, ¿qué opinión le merece?
Una aberración. Que vayan los
pasos solos y las bandas con gente es una aberración. Ver a la gente encima de
los músicos es inconcebible. ¿Qué hemos hecho los músicos? ¿Tanto le aportamos
a la sociedad? Está claro que un grupo de personas que se reúne para hacer algo
en positivo le aporta algo a la sociedad pero hasta llegar al extremo del
fenómeno no ya fan, sino friki… tú puedes tener un grupo de seguidores que te
sigan a los conciertos o que vaya a verte en Semana Santa incluso, pero
llevarlos delante apuntándote con un móvil… yo no le veo sentido.
Yo si voy a ver una procesión,
voy a ver la procesión, a fijarme en los detalles, en el cirio derretido del
nazareno, en el niño que pide cera, en el que pide una estampita, en el que
recibe un caramelo sin haberlo pedido, en el costalero que lleva el pantalón
remangado o en el que lo lleva por encima de las rodillas como si estuviera en
la playa, en miles de detalles, el color de la cera, el color de la flor, como refleja la luz en la cara de la Imagen, como refleja la noche en la cera de un
palio… eso es disfrutar de esto. La música está ahí, es el incienso… Al final
le damos mucha importancia a lo superfluo y se nos olvida que somos cristianos
y estamos haciendo una representación de la Pasión.
¿Qué cree que le falta a la Semana Santa?
Le falta más raíz cristiana
profunda y bien asentada. Hay sitios donde se aprecia esta raíz y lugares donde
se limitan a sacar al muñeco de turno. Falta formación cristiana. Yo no concibo
una Semana Santa sin ser cristiano, no sería capaz de estar tocando si yo no
fuese creyente. Tengo mis creencias muy claras. Habrá gente que lo entienda y
habrá quien no lo entienda… luego están los de Podemos…
Hay mucho podemita en las cofradías…
Sí, sí… así nos va… Y desde otro
punto de vista falta más recorrido. Córdoba tiene muy poca historia cofrade,
entre otras cosas porque nos la cortaron. Necesitamos más recorrido, que las
hermandades se asienten más.
¿Existe rivalidad entre las formaciones musicales?
Entre las formaciones no, entre
los propios músicos.
¿Y en qué se traduce esa rivalidad?
No hay más que mirar en las redes
sociales, tan sencillo como eso. Yo no me llevo mal con ningún director de
ninguna banda. La rivalidad existe entre componentes. La irrupción de las redes
sociales han convertido esto en una carrera de fondo a ver continuamente quién
es el mejor olvidando todos que el mejor es el que va delante. En el caso de mi
banda que es la que conozco lo tenemos claro, cuando los que dirigimos
detectamos algún conato de algo, lo cortamos de raíz. Nosotros hablamos con
nuestra música, que hablen los demás. Nuestra obligación es hacer nuestro
trabajo de la mejor manera posible, el resto que haga lo que considere oportuno
para ser feliz. Si hay quien es feliz atacando a los demás que lo haga, yo lo
soy yendo a mi rollo y pasando de ese tipo de cosas.
¿Y esa rivalidad perjudica o en cierto modo supone un aliciente?
Perjudica más que ayuda. La
rivalidad en sí es positiva pero la rivalidad insana no. Y esa es la que existe
entre músicos de distintas formaciones e incluso entre músicos de la misma
formación. Ahí está la figura del director que debe obrar en consecuencia sin
olvidar que tampoco somos los padres de nadie. Lo que hay que fomentar es más
compañerismo. Unos lo hacen mejor, otros intentamos mejorar cada día, otros lo
hacen “menos mejor”, que no peor.
¿A lo mejor eso se solucionaría con un Consejo de Bandas en Córdoba?
No, se solucionaría con más
formación.
¿Dónde cree que puede estar el techo de la Banda de la Salud?
Donde quieran mis músicos llegar.
El techo lo tienen ellos. Ahora mismo lo tienen todo para seguir avanzando.
Ahora estamos consiguiendo sentirnos bien con nuestro trabajo. El techo de una
banda es que la banda nunca pueda reprocharse a sí misma un trabajo mal hecho.
¿Un sueño para José Luís Jurado?
Que hubiese formación en todas
las bandas porque sería señal de que se están haciendo las cosas bien. Que
hubiese la misma formación en las bandas de cornetas y en las agrupaciones como
la que existe en las bandas de música. Saldríamos ganando todos.
¿Dónde se ve dentro de diez años?
Me gustaría verme
profesionalmente estabilizado en una orquesta prestigiosa, de España o del
extranjero o impartiendo clase. ¿Si estaré o no en la banda? Mi cuerpo dirá en
algún momento basta, y será basta, o mis obligaciones familiares me piden que
pare un tiempo… !Dios dirá!... hablar de diez años es una barbaridad… Seguir
trabajando en lo que me gusta, en la música… ¿qué más se puede pedir?
Recordatorio De cerca con Ángel Carrero: "Me hubiese gustado ver al Señor de la Caridad con marchas clásicas"