Juan Pérez. Más allá de las tensiones derivadas de las inesperadas hogueras de San Juan que los electores británicos nos han regalado a cuenta de su portazo al resto de los europeos, la jornada electoral también ha gozado de una intensidad inusitada en tres corporaciones sevillanas cuyos cabildos han decidido su futuro a medio plazo antes de que hiciese acto de presencia la madrugada en la que el rito pagano desplaza inevitablemente el recuerdo del Bautista.
Junto al desenlace en las dos convocatorias donde había más por decidir, por concurrir dos candidaturas, y conocido el resultado en San Benito y el Buen Fin, donde se hicieron con el triunfo José Luís Maestre y José Foronda respectivamente, quedaba por contrastar si en San Bernardo, Teodoro Mauriño obtenía el respaldo mayoritario de sus hermanos para continuar al frente de la corporación del Miércoles Santo, como finalmente ocurrió. El resultado fue inequívoco. Del total de 355 votos emitidos, 290 otorgaron su complacencia a la gestión de Mauriño frente a los 63 hermanos que votaron en blanco.
Teodoro Mauriño, de 48 años, es hermano de cuna de la Cofradía de San Bernardo, filiación que compagina con la hermandad del Rocío de la Macarena y el Salvador y la penitencial del Gran Poder y lleva más de dos décadas formando parte de diversas juntas de gobierno de la hermandad. Entre sus proyectos más destacados se encuentra el enriquecimiento del paso de palio y la potenciación de las escuelas del Cristo de la Salud en Namakumde y el foro Monseñor Álvarez Allende. Mauriño ha optado a la reelección al considerarlo un ejercicio de responsabilidad y compromiso hacia la hermandad con una lista configurada configurada por hermanos con una dilatada experiencia en el gobierno de la hermandad.