Blas J. Muñoz. Se ciñe la noche del Viernes Santo sobre la
ciudad que guarda su luto. La Virgen del Desconsuelo avanza de la mano
de San Juan y María Magdalena hacia la oscuridad del lamento entre la
estampa de su Duelo. Las voces resuenan por Santa Victoria como una
letanía antigua, la de María Santísima que se actualiza en las voces del
Coro Cantabile, mientras los costaleros aprietan su paso, racheando el
dolor contra el pavimento.
La estampa es difícilmente narrable en uno de los momentos
-quizá el instante- culminante de la Semana Santa. Y, sin embargo, más
allá del Viernes Santo, otra Virgen es alabada por las voces puras que
claman la Gloria de la Madre de Dios. Cantabile vuelve a entonar su
himno, pero en este caso ante Nuestra Señora de Villaviciosa.
El ábside fernandino de la Real Iglesia de San Lorenzo es
testigo de la historia que se escribe, desde mucho antes de la
reconquista de la ciudad. Urbe que se mira en el rostro sereno de
Nuestra Señora en el día que el Año de la Misericordia iba a ser
conmemorando en una procesión por las calles de la feligresía.
La Hermandad letífica es un ejemplo de buen hacer y las
voces de Cantabile, en la reproducción que les ofrecemos a continuación,
lejos de desmerecer realzan el momento para transportarnos a un
universo de luz donde Ella es la protagonista, la Mediadora, la Virgen
alabada por la voz que la acaricia. Disfruten.
https://soundcloud.com/mar-a-barrios-s-nchez/voz-012-m4a-1
Foto: Álvaro Córdoba Hinojo