Esther Mª Ojeda. Como
es habitual en Córdoba, el mes de mayo, mes de María, se descubre como una
sucesión de actos y festejos tan imparable como a veces abrumadora. A las
fiestas populares que llevan el nombre la ciudad cada vez más lejos, se suma la
intensa actividad de las cofradías que llevan a la calle a sus titulares y las
celebraciones más íntimas, que no por tener ese carácter cuentan con una menor
participación y presencia de sus devotos.
San
Cayetano se presenta como un ejemplo del último caso, ya que el convento que
desde su camarín preside la queridísima Virgen del Carmen recibe este mes con los
preparativos de la conmemoración a la titular que también da nombre al colegio.
Unos preparativos que han servido para que la “Emperatriz Cordobesa”, como
ellos la llaman cariñosamente, ya se encuentre perfectamente ataviada a las
espera de la celebración de la octava que los niños y adolescentes del colegio, que lleva su nombre, le dedican.
Así
lo ha hecho saber la Archicofradía mediante las redes sociales en las han
ofrecido unas imágenes de su Virgen, que ya aguarda esos ocho días llenos de
calor y emotividad que los alumnos del colegio le dedican.