Querida hija mía, hoy no vengo a decirte lo que he disfrutado contigo en aquellas tierras que fueron mi salón de juegos infantiles. Ni tampoco de la sonrisa del bebé de la Virgen al verte junto a Él. No vengo a hablarte de lo guapa que estaba este año en la procesión, ni de los hombros que saben llevar.
Hoy vengo a hablarte de tu Hermandad, y lo hago para que su
camino 2016 no quede en el olvido. Lo hago para que siempre recuerdes
que Córdoba, al paso que mandaba Fugui, su Alcalde de Carretas, llegó a
las plantas de nuestra Mamá del Cielo entre barrizales. Por ello, vida, no son mejores que nadie, pero han
demostrado que su fe María y en su Divino Hijo es más grande que
cualquier adversidad que se presente.
Lo hago, para que recuerdes que sus peregrinos son gente fuerte, que nunca abandonan a su Simpecado. Que les da igual que llueva o truene, porque lo único que quieren es verse reflejados en la mirada de la Santísima Virgen. Lo hago, para que nunca caiga en el olvido el esfuerzo sobrehumano que este Rocío han hecho tus hermanos para estar en la aldea y poder presentarse ante Ella.
Lo hago, cariño mío, para que el día de mañana digas con orgullo, como digo yo ahora, que me siento orgullosa de pertenecer a la Hermandad del Rocío de Córdoba.
Raquel Medina