Blas J. Muñoz. Como les informábamos en Gente de Paz a principios del pasado mes de abril las Asociaciones de Vecinos de la Axerquía habían elevado la voz a consecuencia de las continuas actividades que se celebran en el casco histórico sin escuchar sus peticiones. "Nosotros en el Ayuntamiento de Córdoba lo que intentamos es que todas estas actividades que se realizan en la ciudad tengan el consenso de todo el mundo y si hay vecinos que no se sienten escuchados nuestra obligación es escucharlos" -señalaba Pedro García-. La "obligación" de escucharlos, bien podría llevar implícito que, hasta la fecha, ello no ha sido así, lo que invita a una reflexión sosegada.
Dos meses más tarde, la Asociación de Vecinos La Axerquía ha vuelto a mostrar su preocupación, a través de una carta enviada a Córdoba Hoy en la que solicitan que se escuchen sus pretensiones de cara a un posible traslado de la carrera oficial al entorno de la Catedral.
El tono de las declaraciones firmadas por su Presidenta (Juana Pérez Girón) y su Vicepresidente (Francisco Rosales Rodríguez) es bastante duro y, tal como recoge el antedicho medio, "La Axerquía se dice "muy preocupada" por la Semana Santa por la movilidad, la accesibilidad o la seguridad. Al respecto, en el comunicado Juana Pérez se pregunta "¿Qué planes hay? ¿Hay que hacerlo a la 'carrera'?" y reclama que las decisiones "que nos afectan a todos y todas nacen de abajo arriba y no de arriba abajo".
Una petición de voz, no sabemos si también de voto, que resulta difícilmente compatible con la potestad de las hermandades, en relación a su autonomía, para dotarse de sus propias decisiones. Si bien la misma va más en la línea de que el Consistorio escuché la voz de unos vecinos que afirman que "el turismo exacerbado, las cruces discotequeras, las despedidas de soltero y soltera callejeras y estruendosas, veladores y bares con conciertos de puertas abiertas a la calle, botellonas alrededor de los bares, Noche Blanca y un largo etcétera" sobrecarga a los vecinos del casco histórico.