Guillermo Rodríguez. Su nombramiento junto con la destitución de su predecesor, Antonio Santiago, las dos caras de la misma noticia, fue sin lugar a dudas la gran bomba informativa de 2016, al menos en los que a capataces y costaleros se refiere. La Paz del Porvenir, decidía el pasado 12 de mayo prescindir de los servicios del capataz más mediático del panorama cofrade “por la pérdida paulatina de confianza” de la junta de oficiales de la corporación del Porvenir, a escasos meses de la Coronación Canónica de María Santísima de la Paz, en una decisión que provocó toda una marejada de reacciones en un sentido y otro. No en vano, Santiago es uno de los capataz que ocupe el podium del escalafón desde hace años y ello le ha regalado gran cantidad de admiradores y un buen número de detractores. Aquella decisión ponía punto final a décadas de la familia Santiago en el Porvenir, ya que su padre, Manolo Santiago, también fue capataz de la hermandad.
El hombre elegido para el relevo fue Ernesto Sanguino, un nombramiento peculiar, pues todo el mundo sabe que hasta finales del año 2014 Sanguino era el hombre de confianza de Santiago. Si nos atenemos a las declaraciones que el propio Sanguino fue haciendo en entrevistas desde su marcha hablaba de Santiago como su maestro y se daba a entender que la separación, que como decimos, tuvo lugar en noviembre de 2014, había sido amistosa. El hecho de ser quien lo sustituyese inducía a hablar en otro sentido y obviamente las reacciones no se hicieron esperar.
Cabe recordar que, más allá del buen número de detractores que genera la condición de “capataz estrella” y las críticas crecientes a la forma en que se mueven los palios que manda, la figura de Santiago ha estado salpicada de cierta polémica en los últimos tiempos, como el pasado Domingo de Resurrección cuando, según una noticia publicada por XYZ El Periódico Crítico Sevillano, Santiago habría subido "un peldaño en el tema de la dedicación de levantás de un paso". Afirmando que éste habría utilizado una de las mismas para, supuestamente, pedir matrimonio a su pareja.
El mencionado diario explicaba que cuando "iba el paso de la Virgen de la Aurora cercano a llegar al Colegio de La Salle, el capataz levantó el faldón del paso y dirigiéndose a sus costaleros dedicó la levantá a su actual pareja a la cual y por sorpresa de los presentes, le pidió matrimonio. Sus costaleros, colaborando en la acción gritaron “vivan los novios” ante la mirada atónita de más de uno". Indicábamos el pasado 29 de marzo que, "hasta el momento de redacción de este artículo no ha habido reacción oficial por parte ni de Santiago ni de la Hermandad supuestamente afectada. Toda vez que por RR.SS. corre una grabación en la que se narraría, por parte de un supuesto costalero que presenció los presuntos hechos, tal escena. Si bien es, hasta el momento, imposible contrastar su veracidad". Mes y medio más tarde fue la Hermandad del Porvenir la que ha movido ficha destituyendo al capataz. Posteriormente se produjo un desmentido por parte del afectado, pero la polémica ya había causado su efecto.
Sea como fuere Sanguino se enfrenta posiblemente a su mayor desafío que va más allá de hacerse cargo del martillo de un paso de palio, circunstancia que no debería suponer demasiadas complicaciones considerando su dilatada experiencia. Sin embargo, suceder a quien considera su maestro es una empresa compleja, mucho más al tratarse de una hermandad de la que Santiago es hermano y cuyos pasos ya fueron dirigidos por su padre. El hecho de que la primera salida procesional del palio de la Paz sea precisamente para una cita con la historia añade un punto de picante más al asunto. Los próximos 24 de septiembre y 1 de octubre, muchas miradas se posaran en su figura.
No obstante no parece haberle ido mal al nuevo capataz del Porvenir, que ha logrado reunir la nada desdeñable cifra de 200 hombres para portar a la dolorosa de Antonio Illanes, tanto para el traslado hacia la Santa Iglesia Catedral a la que acudirá para ser coronada, como para el regreso triunfal a la Parroquia de San Sebastián. Unos costaleros que ya han comenzado los ensayos con la mirada puesta en la trascendental cita y que se reparten en cinco cuadrillas, incluidos los costaleros del Señor de la Victoria, que participarán en el recorrido de ida, que tendrá lugar el mencionado 24 de septiembre, y los costaleros antiguos de la Virgen, para quienes la hermandad ha decidido reservar un hueco, en un hermoso gesto que dice mucho de la grandeza moral y humana tanto de los dirigentes de la hermandad como del propio Sanguino.