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sábado, 29 de octubre de 2016

Hitos y curiosidades de la historia de la Hermandad de la O


Esther Mª Ojeda. Con un pie puesto ya en el mes de noviembre, muchas personas comienzan a hacer los primeros análisis de cuantos eventos han tenido lugar en este intensísimo año cofrade. Un año que ha estado en gran medida por el Año de la Misericordia – y todo lo que ello ha supuesto –, Coronaciones Canónicas y salidas extraordinarias.

A esta dinámica, tal y como ya había sido anunciado, se ha sumado hoy la hispalense Hermandad de la O, realizando con su titular mariana una procesión extraordinaria en conmemoración de su 450 Aniversario Fundacional. Bajo esa premisa, María Santísima de la O se disponía a recorrer las calles de Triana en compañía de sus fieles, con momentos álgidos y especialmente significativos en un trayecto que pasará a formar parte de la historia de la corporación.

La cofradía cuenta con una extensa tradición a sus espaldas que se remonta hasta 1685, año en que sus miembros se deciden a encargar la hechura de un Nazareno que pudiera sustituir al titular anterior con el que se realizaba la estación de penitencia: un crucificado que, en aquel momento de la historia, entrañaba una gran dificultad a la hora de ser dispuesto para realizar su recorrido procesional. No obstante, hay quien cuenta que la decisión trataba más bien de evitar la comparación de su vieja imagen titular con la magnífica talla del Cristo de la Expiración de la Hermandad de El Cachorro. Así llegaron ambas hermandades trianeras a cambiar su iconografía cristífera. De modo que los caprichos del destino motivaron que en apenas unos cientos de metros de distancia, la Hermandad del Patrocinio cambiase su antiguo Nazareno por el Crucificado de Francisco Antonio Ruiz Gijón y la de la O hiciese lo propio con su viejo Crucificado por una imagen de Nazareno.

De forma paralela, cabe asimismo destacar que de entre las dos titulares marianas de la hermandad – ambas bajo la misma advocación – la originaria es la de Gloria, la cual tomaba su nombre por representar a la Virgen leyendo Las Antífonas Mayores, obra también conocida como “la O”.



Algunos años después del encargo de su recién adquirido nazareno, concretamente entre los años 1697 y 1702 la corporación volvía a dar otro paso de gran relevancia al abordar el proceso de construcción de su propio templo, sede en la cual la Hermandad de la O ha permanecido desde su fundación a diferencia de muchas otras.

Desde entonces, hubieron de transcurrir muchos años hasta que finalmente, en la madrugada del Viernes Santo de 1830, la corporación trianera volvía a hacer historia cruzando por primera vez el puente popularmente conocido como “de Barcas” – hasta que en 1851 fue reemplazado por el de Isabel II – para hacer estación de penitencia en la Catedral de Sevilla, hecho con el que la O se convertiría más tarde en referente para las hermandades vecinas.

En la historia de la O es preciso hacer un paréntesis que tuvo lugar en las terribles revueltas de 1936 en las que ambos titulares fueron objeto de la ira irracional que derivó en su práctica destrucción. Así, la talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra Pedro Roldán del siglo XVII, hubo de ser restaurada por Castillo Lastrucci, recomponiendo los numerosos trozos en que quedó partida. Por su parte, la actual dolorosa es obra también de Castillo Lastrucci y viene a sustituir a la anterior, asimismo mutilada en el saqueo a que fue sometida la iglesia y a la que la hermandad tomó la determinación de no restaurar encargando una nueva talla al imaginero sevillano.

Al igual que ocurre en muchos otros casos, la cofradía del Viernes Santo hubo de atravesar momentos críticos que afortunadamente pudieron ser al fin resueltos gracias a los esfuerzos de sus hermanos. Uno de ellos vino marcado por el accidente acaecido en la noche del Viernes Santo de 1943, cuando durante su estación de penitencia el paso de la Santísima Virgen sufrió el atropello del tranvía 180. Aunque el choque entre ambos causó grandes y costosos desperfectos en la trasera del palio, la imagen de María Santísima de la O, por increíble que parezca, no se vio afectada en nada, motivo por el que afortunadamente no hubo más daños que lamentar.


Por otra parte y como no es de extrañar, la siempre temida lluvia se hizo sentir cuando en la Semana Santa de 1966 esta forzó a que la hermandad rompiese su desfile procesional para dividirse en dos. Con esta fragmentación, el cortejo que precedía al querido Jesús Nazareno se apresuró a conducir a su titular hasta la Catedral hispalense, mientras que el paso de palio pudo encontrar cobijo en el Salvador. Tras el incidente y cuando el paso del Señor se dirigía hasta el punto en el que la comitiva procesional pudiera volver a unirse, un nuevo aguacero forzó al nazareno a resguardarse también en el Salvador hasta que el tiempo dio la oportuna tregua con la que la Hermandad de la O pudo regresar a su templo no sin nuevo episodios de lluvia.

Fueron las mismas inclemencias de la meteorología las que escribieron nuevos capítulos en la historia de la hermandad de Triana en 1976 y 1998, años en los que la Cofradía de San Gonzalo y del Cachorro acudieron respectivamente guarecerse en la sede de la hermandad del Viernes Santo tras verse sorprendidos por la lluvia durante su estación de penitencia.

Como parte de este recorrido por la historia de la antigua Hermandad de la O, es menester recordar, especialmente en un día como el de hoy, las dos salidas extraordinarias que la corporación protagonizó también en 2007. La primera se llevó a término el 4 de febrero de ese mismo año, domingo en que la cofradía se ponía por tercera vez en la calle con la Gloriosa María Santísima de la O con motivo de la Coronación Canónica de la titular homónima.

La segunda se producía en la fecha del 2 de marzo, bajo el mismo incentivo pero en aquella ocasión realizando un solemne Vía Crucis con la talla del venerado nazareno que, entre una multitud de devotos atravesaba las calles de su feligresía.

Sin embargo, todo lo anterior estaría incompleto sin detenerse a reparar en uno de los momentos más esperados de la extraordinaria de hoy pues, como estaba previsto, el itinerario de María Santísima de la O no podía pasar por alto la Parroquia de Santa Ana, lugar en el que se ha procedido a celebrar un culto público. Este acto ha permitido a los fieles rememorar la emotiva estación de penitencia con la que el Nazareno recorrió ese emblemático escenario durante su Quinario de 1986, como una parte indispensable de la que era la celebración de su III Centenario.





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