James Baker. Yes, of course... no les voy a engañar queridos parroquianos. Hoy el incienso y el carbón se va a repartir entre los protagonistas de uno de los pasos más trascendentales que han dado las cofradías cordobesas en su historia contemporánea. Incienso para la mayoría y un carbón muy especial para un "valiente".
Incienso. El incienso, ¿cómo no?, para los responsables de la nueva Carrera Oficial que se plantea en el horizonte, hayan votado lo que hayan votado. Porque preferir una opción distinta a la oficial no tiene ninguna relación con no estar convencido de que el cambio era necesario. La próxima Semana Santa por fin las cosas comenzarán a ser como siempre debieron ser. Y al caballo, que le den vueltas en sus ratos libres los que prefieran una cabalgata a una cofradía.
Carbón. El carbón negro, negrísimo, traído especialmente de las minas de Kellingley Colliery, cerca de mi Leeds natal, precisamente para los que prefieren la cabalgata y también para los que han intentado utilizar a sus compañeros para abanderar una rebelión interna como hiciera ese escocés de cuyo nombre no quiero acordarme. Al menos aquél luchaba a cara pintada pero descubierta y no escondido tras la trinchera de ingenuidad que otros han parapetado. Hay que ser valiente para plantear batalla cuando hay batalla y no para hacerse el gallito en facebook.