Juan Gravina Ponce. La noche del pasado 17 de octubre la parroquia de Santa María de la Asunción de Ocaña (Toledo) se convirtió en el triste escenario de un nuevo ataque a la iglesia católica. El templo fue profanado y los asaltantes se llevaron las sagradas formas consagradas que se hallaban en el Sagrario, arrojaron otras al suelo y ocasionaron graves destrozos en las imágenes sagradas. También fueron sustraídos algunos elementos de valor que portaban estas tallas.
Los ladrones accedieron al templo tras quitar una reja y romper una ventana situada en la parte lateral de la parroquia que no suele estar muy concurrida.
El párroco de Ocaña, don Eusebio López, ha dicho estar abatido tras los hechos acontecidos. El sacerdote asegura que muchas “de las hostias han acabado en el suelo pero sí se han llevado sagradas formas consagradas porque teníamos dentro el viril y una pequeña custodia para exposiciones en pequeños grupos y ambas tenían el Santísimo dentro con formas grandes”.
Asimismo el párroco ha confirmado que la parroquia preparará un acto de reparación por esta profanación aunque aún no ha fijado fecha para la misma. No obstante espera contar con la máxima cantidad de fieles posibles.
Este acto vandálico ya ha sido condenado por el arzobispo de Toledo, don Braulio Rodríguez, que se ha mostrado especialmente preocupado por el robo de las sagradas formad.
Por su parte, la presidenta de la Hermandad de la Virgen de los Remedios, patrona de la localidad, ha confirmado que a la patrona de la localidad le han roto un dedo y le han robado dos anillos y dos rosarios.
El PSOE y el Partido Popular también han condenado este asalto y confían en que los cuerpos de seguridad encuentren a los asaltantes. En el pueblo de Ocaña se espera que el mayor número de ciudadanos se sumen a la oración particular por la profanación del Santísimo Sacramento.