Julio el Tabernero. Niño, las entrevistas que últimamente se publican en Gedepé nos están descubriendo a muchas personas que merecen muchísimo la pena y que sería muy importante que, por el bien de nuestras cofradías, se mantuvieran mucho tiempo en el candelero.
Tristemente, niño, las personas con la cabeza bien amueblada no se suelen mantener mucho tiempo en primera línea. Pero lógicamente no por culpa de ellos, niño. Más bien porque aguantar en este mundillo no es sano ni bueno para la mente. Hay mucha tontería y mucho tonto que aguantar.
Penosamente los que no se van ni con agua caliente suelen ser los peores. Así ocurre con los que aguantan y aguantan en distintas juntas de gobierno durante años y años independientemente de quién lleve el timón. Así algunos llegan hasta al ansiado cargo de mandamás después de tragar carretas y carretones. Pero con tal de mandar se aguanta lo que sea...
Algunas hermandades necesitan urgentemente abrir las ventanas para que entre aire nuevo. Las que tienen a gente que merece la pena, por su parte, da igual que las cierren. Las personas sensatas saben bien cuál es el momento de marchar.
