Así es, hace tan solo una semana volvió a nacer en nuestros corazones, El más grande de todos los tiempos. Ahora tendremos que ver cuánto nos dura en nuestro interior, o sólo es por las fechas actuales en las que estamos un año más. A todas esas promesas que hicimos hace una semana, vendrán acompañadas ahora de las ilusiones y deseos que le pediremos a la llegada del Nuevo Año. Y un poco más tarde, sólo cinco días se llenarán de regalos que para casi todos serán motivo de alegría y felicidad. Y digo casi todos, porque al final del artículo lo entenderán.
Estamos nerviosos cada uno de nosotros en nuestro interior por las nuevas esperanzas puestas en el año que está a punto de llegar en poco más de veinticuatro horas. Cada uno de los que convivimos diariamente con unos y otros pues intentaremos mejorar en nuestras relaciones diarias tanto a nivel personal -que falta nos hace-, como a nivel profesional por las expectativas que hemos puesto en este nuevo curso, como emocionales porque nos llegarán nuevas experiencias o las mismas de todos los años con las cuales tendremos esos recuerdos que nunca podremos olvidar o esas nuevas que nos llegarán a satisfacer en parte o en su totalidad.
Cada uno de uno de nosotros fijaremos unos objetivos por los cuales lucharemos en la medida o posibilidades que podamos tener. Lo que debemos de intentar, es hacerlo sin tener que realizar daño al prójimo -por otro lado muy complicado- porque cada vez más pensamos en uno mismo sin importarles el resto de los que nos rodean. Estamos vacíos de sentimientos en los demás y sólo nos llena las malas formas y en el que pensarán de mí. No gusta más el chisme, la confrontación y los rumores. Ya lo dije en mi artículo de hace semanas, estoy cansado de ese tipo de comentarios. Si de verdad te consideras persona, seas amiga o no mía, lo mismo que le das cancha a ese tipo de rumores -que además parece que te ponen- ten los suficientes “bemoles” y ven y habla conmigo que te voy a aclarar las dudas que tengas. Porque pareces ahora ser un ultra fanático faenero de la causa. Antes de realizar ningún tipo de comentario, ven y acláralo conmigo o con esa persona con la que tienes ese problema. Antes no te recordaba que fueras así.
Espero sinceramente que la llegada del nuevo Año, te abra el corazón y seas sincero, consecuente, consciente y realista, vaya a ser que el árbol que tienes delante te impida ver el bosque que hay tras él.
Pasando a otros temas que ganas tenemos todos de que sea cinco de Enero y disfrutemos de la llegada de los Magos de Oriente. Algunas de las ilusiones se cumplirán y otras no. Mírate en tu interior y descubre por ti mismo el porqué. Y todo esto para que las fechas se caigan y empiecen las igualas, después ensayos, de costaleros, de bandas, los cultos, limpiezas para los mismos, Vía crucis y cada acto que nuestras hermandades tendrán en cascada a partir del día seis de Enero. Se empiezan afinar los últimos detalles porque por si no lo saben quedan hoy cien días para la llegada del próximo Domingo de Ramos.
Se empezarán a preparar las ropas de unos y otros, tendremos mucho más cuidado a la hora de andar -lo digo por experiencia propia- o practicar algún tipo de deporte o a realizar cualquier actividad que te suponga algún esfuerzo físico adicional. Los pregones se empezarán a perfilar en los últimos detalles, los fotógrafos buscarán esa imagen nunca vista antes desde sus pregones fotográficos, las camareras tendrán una época de muchos cambios, el incienso se quemará con más asiduidad y toda la maquinaria del movimiento cofrade empezará a dar grandes pasos para que todo comience con su vertiginosa velocidad.
Me despido, dando un abrazo fraterno a esa familia cofrade, donde uno de sus ángeles fue llamado para estar al lado del recién nacido Hijo de Dios, aunque esto sea muy duro de entender y explicar a esta familia. Desde aquí me uno en su dolor que no tendrá fácil cura.
Sean felices y extrapólenlo, cuidado con las uvas y con lo que no son las uvas que seguro son más complicados que comer esas doce canicas dulces. FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS.
Pachi Giraldo