Carlos Gómez. El curso cofrade parece retomar con el paso de las horas su pulso habitual, con convocatorias de igualás y anuncios de conciertos, que motivan que comience a olor a incienso por los rincones de nuestra realidad cotidiana. Así, en la Ermita del Socorro, se ha desarrollado el tradicional besapiés al Niño de la Virgen que en los últimos años se venía celebrando en la última semana del año y que la corporación lefítica ha determinado trasladar al día en que se celebra la festividad del Bautismo de Jesús, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad. Nuestro compañero Antonio Poyato ha acudido a su llamada para dejar testimonio del evento a través de esta crónica gráfica.
