José Barea. Desgraciadamente el cambio de año no ha significado el cambio de esa peligrosa tendencia que venimos sufriendo los cristianos desde hace unos años con especial crudeza, con diversos ataques a lo largo de toda la geografía de nuestro país a todo lo que transpire aroma a catolicismo, iglesias e imágenes sagradas, incluido.
La Parroquia de Santa María de Nazaret, del madrileño barrio de Vallecas, ha amanecido en la jornada del día de hoy con pintadas con lemas anticatólicos y el crucificado que se encuentra a la entrada de la Iglesia, atacado con grafiti de color negro tanto en la cara como en el torso. En el lema que se puede leer sobre la fachada el humilde barracón, que es de segunda mano anteriormente utilizado para una obra, no es otro que el tristemente conocido "La única Iglesia que ilumina es la que arde".
Esperamos no tener que ofrecerles nunca más este tipo de noticias, pero la tendencia que venimos sufriendo los católicos durante los últimos años resulta muy peligrosa, y quizá sería momento de que tanto las autoridades gubernamentales como las eclesiásticas tomaran cartas en el asunto y ofrecieran medios a las parroquias para solventar esta situación de continua indefensión ante los intolerantes antieclesiásticos.
