Aún queda para que en nuestra ciudad florezca la flor de azahar. Aún queda para ir en avalancha, como el primer día de rebajas, a las casas de Hermandad para recoger nuestra túnica o ver si podemos ir acercándonos al paso del Señor o de la Virgen. Aún quedan muchos meses para que en nuestras casas se vean colgados nuestros hábitos de nazarenos, nuestros costales y zapatillas... Aún falta mucho para salir de nazareno.
Cuando toda esa semana pase y la cosa vuelva a ser como, por ejemplo, ahora mismo, guardaremos todo lo que hemos ido preparando para un día, para una semana, y la ciudad quedará muda y nuestra mente rebosante de recuerdos, vivencias y sentimientos. Ya no seremos penitentes de luz. Sin embargo...¿cuántos seguirán trabajando por la Hermandad? ¿Cuántos seguirán siendo penitentes?
No tenemos que ser nazarenos de día, sino nazarenos de año.
Este año que ha finalizado ha sido, como todos saben, “El Año de la Fe”. Creo que se ha demostrado con creces la fe de la Córdoba cofrade y rociera, pero...¿y ahora qué?
La fe, según la RAE es "la primera de las virtudes teologales: luz y conocimiento sobrenatural con que un ser se cree lo que Dios dice y la Iglesia propone", pero cuando los cristianos hablamos de fe no sólo nos referimos a eso, sino en confiar, en ser fiel a alguien.
Esa fe que demostramos el 14 de septiembre y el 16 de noviembre, hay que seguir demostrándola los 365 días que trae el nuevo año.
Las hermandades no pueden conformarse con las “tontas” estadísticas que todos los años quieren superar, como un vulgar programa de televisión, en el que expresan los números de hermanos con los que pasamos Carrera Oficial. ¿Eso es fe?
Las hermandades no pueden conformarse con levantarse al día siguiente de su Estación Penitencia o Salida Procesional e ir corriendo a los quioscos para ver que periódico la saca en portada o cuál habla bien o cuál mal porque...¿eso es fe?
Las hermandades no pueden conformarse con decir: ¡cuánta gente había en la calle para vernos! o ¡qué buenas cuadrillas tenemos que hasta el final lo han dado todo!... ¿eso es fe?
La fe es la fidelidad a Aquél por el cual cada año nos igualamos todos vistiendo el hábito nazareno. La fe es la fidelidad a Aquél al que acompañamos cada año por la calles de nuestra ciudad, pero que olvidamos el resto del año.
Pero sobretodo, fe es seguir las enseñanzas e ideales de Aquél al que ponemos como referente en nuestra vida, por quien debemos ser nazareno todo el año, ¿no?
Raquel Medina Rodríguez
Recordatorio Sendero de Sueños