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sábado, 12 de abril de 2014

En mi Huerto de los olivos: Mañana, Domingo de Ramos


¿Quién nos lo iba a decir?, MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS. Ya está aquí. Lo que tanto ansiábamos y deseábamos. Tantas noches de ensayos, limpiezas de enseres, reparto de papeletas de sitio, juntas de gobierno, cultos, besamanos, besapiés, vía crucis, rosarios de la aurora…

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS tendremos limpio nuestro hábito nazareno, colgado de su percha, limpio inmaculado, con la cera quitada con ese papel de estraza que cada madre ha quitado con mimo y cuidado. Los bajos bien rematados para que cada nazareno sea el más guapo de su hermandad. El cubre rostro ya está encajado en su capirote. Ese traje de mantilla preparado para rezar detrás de esa imagen por la que esas mujeres pedirán por alguien querido, al igual que más de uno debería de rezar por una mujer. Ese traje negro preparado para que ese capataz o contraguía se lo coloque para guiar ese paso, lo mejor posible por las calles de Córdoba. Esa corneta o trompeta que brilla con un metal precioso y que también sacará los mejores sones con esa marcha procesional. 

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS estrenaremos una prenda como manda la tradición, los detalles serán los que marquen este día tan esperado y deseado. La palma y el olivo serán los encargados de acompañar a Nuestro Dios. Las puertas de San Lorenzo se abrirán y sus campanas comenzarán a tocar esa primera marcha o esa primera saeta.


MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS y todos estaremos allí nerviosos por ver a esos hebreos cogidos de la mano de sus padres con esas caritas llenas de ilusión, felicidad e inocencia. Nosotros pediremos una hojita de esa palma para tenerla de recuerdo. Los niños un poco más mayores empezarán con su saeta de “nazareno me das cera”. Para comenzar a ver como su bolita de papel de aluminio en un extremo de un palito va tomando tamaño y colorido en función de los distintos colores de la cera. Y el Señor de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén nos pondrá la carne de gallina.


MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS y comenzaremos primero en San Lorenzo, visitaremos todas las Parroquias e Iglesias para ver cómo se encuentran todas las Sagradas Imágenes montadas en sus respectivos altares móviles. Nos tomaremos las primeras cañas con la cuadrilla de amigos de toda la vida, miraremos ese librito para saber exactamente por donde pasa la hermandad y a qué hora. Ese librito perfecto en el día de mañana y que después de Semana Santa estará doblado y arrugado de tantas veces como las manos han hecho uso de él.

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS tendremos aún la posibilidad de poder seguir oliendo como se mezclan los olores. Ese azahar que emanan los naranjos de la calle de la Feria o del patio de nuestra Mezquita Catedral, o de cualquier calle o plaza y se funden con el incienso para gloria de todos en cada suspiro o aliento por ver esa levantá, chicotá, saeta, o por el motivo o instante que a cada uno nos llene en ese momento. Hay azahar que se ha caído ya para ser alfombra para el paso de las hermandades, otro que está esperando aún en su hoja para ver como esa bambalina lo besa y se impregna de su olor o como se caerá el último como esa lágrima que cae por las mejillas de cada uno de nosotros por el motivo que menos podemos imaginar o para querer ser la lágrima de esa dolorosa.

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS y mi madre como la de muchos se pondrá a hacer pestiños, palitos de leche o mis galletas de coco, como nos gustan he Javier, Kiko o a mí. Y las torrijas se ven en cada escaparate de pastelería y esos nazarenos de caramelo y las tiendas pondrán sus altares al igual que los vecinos en el portal de su casa al paso de alguna hermandad. Y cuando hayamos visto al paso de palio de Ntra. Sra. de la Palma, nos iremos a comer y enseguida estaremos en el Cerro viendo cómo sale la hermandad del Amor y todo su barrio se echará a la calle a llevarlo hasta Córdoba y traerlo de nuevo a su barrio. Cruzarán el puente y rezaran por la Catedral, en Silencio y con la Encarnación de su Amor por Cristo.


MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS volveremos corriendo a Córdoba para ver como el Señor de la Ciudad comienza su lento y reposado caminar. Primero su Madre le pondrá una alfombra de Amargura enjugada en sus lágrimas. Y la devoción irá tras Él, como si fuesen peregrinos o discípulos para solicitar su Bendición. 

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS corriendo iremos a la plaza de la Corredera para ver el caminar casi perfecto del Crucificado de las Penas. Las túnicas granate y negras velarán por la Concepción y a la vez Desamparo, en una estampa sin igual cruzando los arcos de dicha plaza.

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS volverá el olor de la piel a canela y clavo. El “moreno” de San Andrés empezará a andar con su estilo peculiar y  la gente se persignará ante su paso cuando con su mirada nos mire y con sus Penas nos perdone. Después, esa gitana bonita hará acto de presencia y los rayos del Sol volverán a iluminar esa cara llena de frescura por la juventud pero a la vez de dolor sin perder nunca la Esperanza.

MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS volveremos a orar contigo entre olivos y naranjos. San Francisco y San Eulogio te volverán a ver como tus lágrimas de sangre se vuelven luz al paso de la Candelaria. Llama viva de Fe. Candela en nuestros corazones al ver como Jesús es atado a la Columna. Y ese Cáliz volverá a enseñarnos cuales el camino que hay que tomar Contigo, el de la Oración.

A tan sólo unas horas de que sea MAÑANA, DOMINGO DE RAMOS…

Pachi Giraldo











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