El arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, ha prohibido expresamente a la Hermandad de la Macarena que se cobre por las sillas que se instalarán en la Plaza de España para la misa estacional del cincuenta aniversario de la coronación canónica de la Virgen el próximo 31 de mayo.
El prelado llamó personalmente al hermano mayor de la Macarena, Manuel García, el pasado domingo para comunicarle su decisión, tras conocerse la noticia de que las sillas, de 7.000 a 8.000, se cobrarían a cinco euros, que irían destinados a la asistencia social de la corporación de la Madrugada, una decisión tildada de polémica que causó gran malestar y suscitó un aluvión de críticas entre los propios hermanos y que incluso provocó la dimisión el mismo domingo del consiliario cuarto de la junta de gobierno, Antonio del Pino.
Este lunes, el arzobispo, en declaraciones exclusivas a nuestro periódico, afirmó que «ni la ley de la Iglesia ni el sentido común permiten exigir cantidad alguna por participar en la Santa Misa, que es un don absolutamente gratuito que no se puede trivializar. El Arzobispado nunca ha sido consultado sobre la posibilidad de cobrar cinco euros por asistir a la Eucaristía que tendrá lugar en la plaza de España».
El arzobispo añadió que el cobro por la ocupación de las sillas «ha sido una iniciativa completamente unilateral de la Hermandad de la Macarena», afirmando, además, que «si se hubiera producido la consulta se le habría disuadido por carecer de jurisdicción para tomar una decisión que ni el propio Arzobispado puede adoptar».
La Hermandad, como no podía ser de otra forma, acató la decisión episcopal, y, a última hora de la noche, publicó en su página web oficial un comunicado en el que muestra su «rechazo absoluto a la polémica» por el donativo vinculado a las invitaciones, haciendo hincapié en que las maneras de la Hermandad «ha sido siempre exquisitas y respetuosas con las situaciones personales, familiares y laborales por las que discurren sus hermanos, y jamás ninguno de ellos ha tenido cortapisa alguna para participar en la vida de la Hermandad y para sentirse integrado en todos sus actos de culto interno y externo». Añade que la junta de gobierno «se ha sentido respaldada en cuantas acciones ha iniciado y desarrollado al amparo de sus fines asistenciales».
El comunicado aclara que el cabildo de oficiales, con todos los miembros de la junta de gobierno, «aprobó por unanimidad el giro de un donativo de cinco euros para engrandecimiento de uno de los principales fines de la Corporación: su compromiso social». Según la Hermandad, «este donativo, cuya naturaleza del término es siempre voluntaria, sería aplicable únicamente a los hermanos que libremente quisiesen adherirse a tal iniciativa. Se tuvo en cuenta, y así se debatió, la imposibilidad existente de establecer una colecta durante el acto, dada la ingente cantidad de público previsible, y se barajó el hecho de generar una bolsa de caridad cuyo destino estaría siempre dirigido a las múltiples necesidades que el barrio y la sociedad sevillana».
Termina afirmando que «lamentamos profundamente que esta iniciativa haya sido abortada antes, incluso, de explicarse a los hermanos, y que se haya manipulado de forma intencionada en pro de dobleces y de interpretaciones alejadísimas de la realidad y del sentir colectivo de los Oficiales de Junta».