La Hermandad de La Flagelación de Medina de Rioseco ha rematado los actos de la celebración de su Bicentenario (1814-2014) con una misa Pontifical presidida por el cardenal emérito de Sevilla, el riosecano monseñor fray Carlos Amigo, y una procesión extraordinaria que ha servido para trasladar el conjunto escultórico de la cofradía desde la iglesia de Santiago hasta el templo de Santa Cruz, sede del Museo de Semana Santa, donde reposa todo el año.
El cardenal ha alabado la Pasión de sus ciudad natal durante
la homilía de la solmene eucaristía. “Que me perdonen los sevillanos, pero la
Semana Santa de Medina de Rioseco es la mejor del mundo”. Hay que recordar que
monseñor Amigo es cofrade –por tradición familiar- de la hermandad de Jesús
Atado a la Columna. “La Semana Santa de Sevilla huele a incienso y azahar, pero
la de Rioseco huele a vida”. El purpurado incluso ha levantado los aplausos de
una abarrotada iglesia de Santiago de los Caballeros.
Tras la eucaristía, cantada por la Coral Riosecana, se ha
puesto en marcha la procesión extraordinaria, que ha sido amenizada por la
sevillana banda de música de María Santísima de la Victoria (Las Cigarreras).
Ambas hermandades, la riosecana y la de la ciudad hispalense, han comenzado los
trámites para su hermanamiento.
Mantillas blancas y cofrades han escoltado a su paso en una
emocionante procesión en la que no han faltado los populares bailes en la calle
Mayor. Reseñable ha sido el momento en el que Cigarreras han interpretado la
marcha de Nuestro Señor de la Columna ‘La Flagelación’, compuesta para esta
hermandad por el músico riosecano Pablo Toribio.
El paso, conocido popularmente como Los Azotes, fue
depositado en Santa Cruz donde ya descansará hasta la próxima Semana Santa,
tras una Pasión muy especial en la que han conmemorado el 200 aniversario de su
fundación.