Lucena se vistió con sus
mejores galas para recibir a turistas y vecinos y mostrarles en todo su
esplendor las fiestas que se celebran en honor a la Virgen de Araceli, patrona
de los lucentinos y del campo andaluz, unos actos declarados de Interés Turístico
Nacional de Andalucía. Aunque el programa arrancó el viernes, hasta ayer
domingo no llegaba el día más importante para todos los lucentinos, cuando
María Santísima de Araceli salió del altar que la cobija en su estancia en el
centro de la ciudad para pasearse y acercarse hasta los distintos barrios que
la veneran durante todo el año.
La procesión vino precedida en
una calurosa y soleada mañana de domingo por una solemne función religiosa
oficiada en la parroquia de San Mateo por el obispo de Córdoba, Demetrio
Fernández, y donde un año más la Coral Lucentina interpretó majestuosamente,
acompañada por la orquesta del conservatorio profesional de música Maestro
Chicano Muñoz, la Misa del Campo Andaluz, obra de Antonio Villa. Este acto
volvió a congregar a cientos de lucentinos, entre representantes de la
corporación municipal, miembros de la Real Archicofradía y de diferentes
cofradías de pasión y gloria de la ciudad, vecinos y representantes del tejido
asociativo y cultural del municipio de la Subbética.
Y por fin, a las ocho de la tarde
y con el ensordecedor repicar de las campanas sobre un cielo primaveral que
animaba a echarse a la calle y reencontrarse con la patrona, miles de personas
se agolpaban en la plaza Nueva para ver a María Santísima, que en una tarde
maravillosa salía en procesión a hombros de sus santeros, mandados por el
manijero Juan Carlos García. Orgulloso y al mismo tiempo con humildad, recordó
a todos aquellos devotos que no han tenido la oportunidad de sentir el peso de
la patrona.
La santería de Araceli, que lució
en este día el manto verde combinado con la saya de color rojo a juego con su
Hijo, fue calma, respetuosa y elegante. A su paso por distintas calles de la
ciudad, se entonaron fandangos propios del sentir de los vecinos, que muchos
dedicaron con sus promesas y su fe durante todo el recorrido a su Virgen, esa
que los escucha a diario, que atiende sus peticiones y consuela sus almas
cuando lo necesitan.
El cortejo, encabezado un año más
por la agrupación musical Santa María Magdalena del Arahal de Sevilla, estuvo
compuesto, además, por un cuerpo de acólitos formado por seis ciriales según
corresponde a una virgen coronada, y su pertiguero, una formación que la
cofradía espera que en años sucesivos se forme de manera estable para acompañar
a la Virgen en la procesión.
Pasadas las 23:30, María
Santísima de Araceli aparecía de nuevo en la plaza Nueva, de vuelta ya a San
Mateo. Fue un momento de esplendor, con el templo iluminado por unos pórticos
de led que se apagaron cuando la procesión alcanzaba el centro de este espacio
urbano. En ese momento, comenzaba el espectáculo piromusical que cada año hace
las delicias de locales y visitantes por el gran número de fuegos que se tiran
durante el mismo y que un año más ha corrido a cargo de la empresa Pirotecnia
Zaragozana.
Aquí se entonaba, entonces, el
himno aracelitano compuesto por José María Pemán y Luis de Aramburu, que junto
a ese juego de cohetes despedía a la patrona del campo andaluz de las calles de
su pueblo, en esta ocasión, hasta el próximo 25 de mayo. Ese día, se celebrará
un traslado extraordinario de la patrona de Lucena hasta San Pedro Mártir, un
templo dominico recientemente rehabilitado y consagrado para la celebración de
cultos.
La fiesta local continúa en la
jornada de hoy lunes con el séptimo paseo de vehículos clásicos Virgen de
Araceli, un acto en el que tampoco faltará la Corte Aracelitana. La comitiva
saldrá desde el paseo de Rojas y concluirá en el recinto ferial, donde las
casetas permanecerán abiertas hasta la media noche.
Las Fiestas Aracelitanas arrancaron
el viernes, con la proclamación de la Aracelitana Mayor 2014, Isabel Vigo, y su
Corte de Honor, conformada en esta ocasión por Araceli González, Carolina
Osuna, Carmen González y María Vigo. Otro momento significativo fue el pregón.
En esta ocasión, el encargado de cantar las Glorias de María Santísima de
Araceli ha sido el cofrade lucentino Agustín Antrás Roldán; fue presentado en
la parroquia de San Mateo por Fray Joaquín Pacheco. El pregón -uno de los
momentos cumbres de estos festejos, que se realizada ininterrumpidamente desde
1958- ensalzó la figura de la Virgen como mujer y madre y su importancia dentro
del cristianismo. Fueron unas palabras emotivas, pero a su vez documentadas,
que reflejaron el peso de estas fiestas en la vida, cultura y religiosidad de
los lucentinos.
Escrito por Gema Moreno para El Día de Córdoba
Fuente Fotográfica
Recrdatorio Lucena: Espléndida ofrenda floral a la Virgen de Araceli