Blas Jesús Muñoz. La festividad
de San Isidro cuenta con una buena representación a lo largo de la provincia de
Córdoba. Cardeña, Bujanlance o Fuente-Tójar son algunas localidades donde el
protector de los cultivos es devocionado. En esta ocasión, traemos dos ejemplos
(Villafranca y Cañete de las Torres) del fervor que desata el Labrador en
nuestra provincia.
Villafranca
La hermandad de San Isidro
Labrador hace durante todo el año un gran esfuerzo para mantener vivo el fervor
de los villafranqueños hacia la imagen del patrón. Cuando se acercan las
fechas, un grupo de personas, de manera altruista, se vuelca en la organización
de las distintas actividades que conforman el intenso y variado calendario
festivo en honor del patrón de los agricultores, colaborando de manera estrecha
el Ayuntamiento de la localidad. Fiestas previas a nivel lúdico y de hermandad,
así como los actos religiosos que se están celebrando estos días, sirven para
mostrar un año más la devoción que se le tiene a San Isidro, que mañana jueves
saldrá en romería en una bellísima carreta tirada por bueyes, desde la iglesia
hasta la ermita que Gonzalo Obrero construyó en La Huertezuela, lugar de
convivencia para todos los romeros, no sin antes hacer un alto en el camino en
la ermita de Nuestra Señora de los Remedios para saludarla y hacerle entregarle
de un bello ramo de flores.
Cañete de las Torres
Cañete de las Torres es uno de
los pueblos agrícolas que más se vuelcan en los actos en honor de San Isidro
Labrador. Tras el cambión de banderín entre los hermanos mayores salientes y
entrantes, celebrado el pasado 1 de mayo, se inició la cuenta atrás de la
romería de San Isidro Labrador, de Cañete de las Torres, que este año tendrá
lugar en Las lagunitas el próximo sábado, 17 de mayo. Tras el cambio de
banderín, los vecinos se trasladaron hasta al caseta municipal, donde el
hermano mayor, Miguel Lara, les invitará a un delicioso arroz. Finalmente cabe
poner de manifiesto el hecho de que fueron momentos únicos e irrepetibles los
que se vivieron en torno a una fiesta previa a la romería, que sirve como
pistoletazo de salida para rendir culto al patrón de los agricultores.