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jueves, 15 de mayo de 2014

Sevilla: El IAPH asegura que el Nazareno del Valle es muy cercano a Montañés


La imagen de Jesús con la Cruz al Hombro, uno de las titulares de la Hermandad del Valle de Sevilla, ha sido depositada en la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), agencia pública empresarial de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Obra atribuida a un seguidor de Martínez Montañés, se sitúa cronológicamente en el primer tercio del siglo XVII, pues por sus características está vinculada al periodo artístico donde triunfa el realismo proto-barroco.

La primera referencia documental que se tiene es de 1687, a través de la donación de una tunicela para el Nazareno que se recoge en el testamento de Toribio Martínez de Huerta. Este dato hace suponer que años antes la imagen ya había sido encargada a un escultor, con toda seguridad discípulo o colaborador muy próximo de Martínez Montañés por la morfología y estilística de la obra.

En documentos que se conservan en el archivo de la Hermandad se cita la existencia de la imagen entre los años 1735 y 1754, donde consta que se le pagó a un escultor anónimo por retocar en “ el pelo y corona del Señor de la Cruz a Cuesta ocho reales de vellón”.

Podría tratarse de la primera intervención que se realiza en la escultura, que dio a la imagen el aspecto estético que tiene en la actualidad. En los años 1878 y 1879, hay constancia de intervenciones realizadas por el escultor Emilio Pizarro y Cruz, mencionadas en documentos de la Hermandad y en informaciones publicadas en el periódico El Porvenir. Las últimas intervenciones fueron de 1941 y 2002, esta última de Gutiérrez Carrasquilla.

Las fisuras detectadas en el soporte son el principal problema de conservación, con origen la mayoría en la separación parcial de la unión de algunas de las piezas. Otras, menos numerosas y localizadas en la espalda, son las denominadas fendas de la madera, en sentido longitudinal y ocasionadas por el secado de la madera. También se determinó en el estudio técnico-científico realizado en abril problemas en los brazos y desgastes y pérdidas de volumen por el roce de la cruz, además de apreciarse zonas que posibles pérdidas de soporte. En cuanto a la policromía, se han identificado pérdidas de pequeñas dimensiones y acumulación de suciedad superficial, concentradas principalmente en las zonas de la imagen que quedan a la vista.


Paralelamente al proceso de restauración, se desarrollará la investigación histórica, encaminada principalmente a conocer la autoría de la imagen a través de comparaciones morfológicas y estilísticas con otras imágenes de la época, para obtener una mayor puesta en valor de la escultura.







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