Unas 25.000 personas asistieron a
la coronación.
La Coronación canónica de Ntra.
Sra. del Rocío, tiene lugar en 1919, tras partir la idea del canónigo de la
Catedral Hispalense, Juan Francisco Muñoz y Pabón, insigne rociero, que hace
público su deseo en un célebre artículo, publicado en la prensa andaluza de la
época, titulado “La pelota está en el tejado”.
Esta idea no cayó en vacío y a
partir de ella comenzaron a llegar centenares de adhesiones a la misma como la
del Alcalde de Almonte, Juan Acevedo o Manuel Siurot entre otras.
La corona
El 2 de junio de 1918 se recibió
en El Correo de Andalucía un nota de la Junta de la Coronación que daba cuenta
del primer donativo de un joven de Rociana, J.Jiménez Molina, que entregaba la
mejor alhaja de su difunta madre.
La corona de la Virgen fue obra
de Don Ricardo Espinosa de los Monteros, utilizándose más de dos kilos y medio
de oro, que provenían de donaciones particulares. En una primera reunión de la
Junta, celebrada en el palacio arzobispal, no hubo acuerdo en el modelo pues D.
Juan Francisco Muñoz Pabón se opuso al presentado por la Srta. María Almaraz y
Santos, ya que el Lectoral proponía que fuese una reprodución de la que adorna
la imagen de la Inmaculada en la Catedral sevillana, obra de Arfe; por lo cual
se acordó se celebrase una nueva reunión para llegar a un acuerdo.
En una segunda Junta, celebrada
en diciembre de 1918, se acordó aceptar la propuesta de Muñoz y Pabón con
algunas modificaciones, como el cambio en la cruz, añadir doce estrellas e
imperiales. En los últimos días de mayo de 1919 en el escaparate de la Casa
Izquierdo en la calle Francos de Sevilla, se expuso la corona. Realizada en oro
macizo y con gran cantidad de piedras preciosas, destacando entre ellas, un
anillo del Cardenal Almaraz, otro del Nuncio de S.S., un alfiler de corbata de
D. Manuel Pineda, y un brillante del Sr. Burgo Mazo.
Su peso es de 88 onzas y contiene
240 brillantes, 14 esmeraldas, 38 rubies, 3 topacios, 3 zafiros, 5 perlas
grandes y numerosas perlas y diamantes pequeños. Su valor en ese tiempo era de
100.000 pesetas aproximadamente
Con las joyas que no se pusieron
en la corona y la plata sobrante, se fabricó un hermoso rostrillo. Igualmente
con los fondos recaudados se restauraron las ráfagas y la media luna de plata
que Tello de Eslava donara en el siglo XVIII.
La corona del Niño, obra de Don
José de los Reyes Cantueso, fue donada por la familia de Don Ignacio Cepeda,
Vizconde de La Palma. Confeccionada en la joyería sevillana de Sobrinos de
Reyes. Contiene 35 perlas grandes redondas y perfectamente iguales, once
brillantes grandes, cuatro amatistas y una gran cantida de brillantes pequeños.
Su valor aproximado en aquella época fue de 15.000 pesetas
El Acto de la Coronación
El 6 de junio a las tres de la
tarde pasó el Cardenal Almaraz por Almonte y a las seis llegaba a la Aldea del
Rocío siendo aclamado por la multitud que lo esperaba. Le acompañaban: D. Juan
Fco. Muñoz y Pabón, el Sr.Provisor del Arzobispado, D. Miguel Castillo Rosales,
el secretario de Cámara y Gobierno, D. Eugenio Almaraz y Santos, el Capellán de
S.E. D. Ildefonso Caraballo y los familiares Sres. Silva y Fdez. Carrión. Fue
recibida su Eminencia por la Hdad. de Almonte, entrando en la iglesia y orando
ante Ntra. Sra.
El sábado 7 de junio celebró
Santa Misa en el altar de la Stma. Virgen y alrededor de las seis de la tarde
comenzó la entrada de Hdades. recibidas en el atrio por la matriz de Almonte.
A las cinco de la mañana del 8 de
junio de 1919 la Sagrada Imagen de la Virgen era trasladada al estrado que se
había preparado en el Real para su coronación. A las diez en punto llegó el
Cardenal y comenzó el acto. Primero el Sr.Cardenal leyó la autorización
pontificia, bendijo la corona y tomó juramento a los señores que actuaron: de
notario, D. José Moreno Soldán, hermano Mayor de La Palma y de testigos : D.
Manuel Márquez Gómez, cura párroco de Almonte; D. Juan Acevedo Medina, Alcalde;
D. José Villa Báñez, presidente de la Hdad. Matriz y D. Ignacio de Cepeda y
Sódan.; de que habían de custodiarla fielmente.
El Cardenal Arzobispo ofreció la
homilía y llegó al momento solemne de la Coronación: Una vez coronado el Niño,
Don Juan Fco. Muñoz y Pabón ofrece al Cardenal la corona de la Virgen y con
solemnidad lal pone en las Benditas Sienes de Ntra. Sra. diciendo: “Así como te
coronamos en la tierra, merezcamos, por tu intercesión ser coronados en el
Cielo” ERAN LAS ONCE Y CUARTO DE LA MAÑANA. En el momento de la coronación se
calcula que habrían de 20 a 25.000 personas.
A continuación, entre grandes
aclamaciones, vivas y vítores a Ntra. Sra. se inició la procesión hasta la
Ermita.