«Negra soy, pero hermosa hija de Jerusalén». Los Cantares de
Salomón tienen reflejo en un Santuario de la bahía gaditana donde se encuentra
una Virgen de color negro y que es de Regla porque es ella quien custodia la
regla de los frailes agustinos. La historia de esta Virgen se remonta al siglo
IV cuando, según fray Diego de Carmona Bohórquez, fue realizada por encargo del
propio San Agustín, doctor de la Iglesia que se encontraba de arzobispo en
Hipona, en el norte de África, teniendo en su oratorio a esta imagen. Una vez
fallecido el santo, su discípulo Cipriano, por indicación de éste, cogió a la
Virgen y la metió en una pequeña barca en compañía de otros monjes.
Las corrientes y el viento de la zona la arrastraron hasta
las costas gaditanas atracando donde hoy se halla el Santuario y donde entonces
habitaban unos pobres ermitaños que observaban las reglas de San Agustín. En el
siglo XIV, un canónigo reglar de León la descubrió «de forma milagrosa» y en su
lugar se levantó el humilladero que actualmente está situado frente al
Santuario.
La historia documentada es que allá por el siglo XIV existía
una ermita que rendía culto a Nuestra Señora de Regla que estaba regentada por
unos canónigos reglares procedentes de León, de la orden agustina, que
permanecieron al frente del monasterio hasta la Desamortización, cuando pasó a
poder de los franciscanos.
Por otra parte, los estudios iconográficos desestiman el
posible origen egipcio de la imagen, ya que la datan entre los siglos XII y
XIII e incluso principios del XIV.
La primera conclusión
que puede extraerse de todo esto es que fue la Orden de San Agustín quien
difundió esta devoción mariana.
¿Una Virgen blanca
que vino a Sevilla?
Pasaron algunos siglos y la devoción a la Virgen de Regla se
extendió hasta Sevilla. Nace aquí una leyenda que, al igual que ocurrió con la
advocación mariana, procede de Chipiona y se ha ido transmitiendo de boca en
boca sin que hasta ahora llegara a Sevilla.
Un cofrade de este municipio, Fulgencio Florido, publicó en
una página web de la Semana Santa de Chipiona un documento del franciscano José
Martín, que fue hallado gracias a la información de un fraile de esta misma
orden que habita el monasterio de la localidad gaditana. Parece ser que la
edición de este escrito tuvo lugar mediante la transmisión oral de la
información y a una transcripción poco literal de un manuscrito inédito de 1639
firmado por fray Diego de Carmona Bohórquez, que se encuentra en la Biblioteca
Nacional de Madrid, cuyo título es «Historia Sacra del insigne origen y raro
aparecimiento de la antiquísima imagen de Nuestra Señora de Regla y de sus admirables
y maravillosas obras».
Cuenta la historia que a finales del siglo XVI había en el
monasterio de Regla una Virgen blanca, sin advocación especial alguna, que
salía en procesión claustral el día 2 de febrero. Esta Virgen blanca la
llevaron los agustinos al Convento de La Pasión, en la calle Sierpes, y la
veneraron en el colegio de San Acasio, enfrente del cenobio. Fue allí donde
comenzaron a conocerla con el sobrenombre de Regla, por haber pertenecido al
monasterio gaditano y donde aparentemente tuvo origen esta advocación en
nuestra ciudad.
Según esta fuente, se podría establecer una relación entre
la llegada de esta Virgen blanca desde Chipiona y la fundación de la Hermandad
de los Panaderos, a finales del siglo XVI. Además, el historiador franciscano
en ese documento indica que veinticuatro personas devotas de la Virgen estaban
intentando fundar una cofradía cuya advocación mariana fuera famosa en toda
España. Sin embargo, cada cual tenía una preferencia y no llegaban a un
acuerdo. De entre todas las advocaciones que presuntamente trataron, se
encontraban las de Consolación, Loreto, Guadalupe y Montserrat. Finalmente
llegaron a un acuerdo cuando el nombre de Regla hizo acto de presencia.
Esta información, según este documento, pudo transmitírsela
a fray Diego de Carmona Bohórquez uno de los miembros fundadores de la
corporación, dado que el origen de la hermandad coincide con los escritos de
este fraile, especialmente devoto de la Virgen de Regla de Chipiona.
Sin embargo, el hecho de que no exista mayor documentación
para refutar completamente o amparar esta hipótesis y de que la mayoría de la
información se extrae mediante conclusiones personales de fray José Martín,
sólo ayudan a acrecentar de manera notable la leyenda, restándole credibilidad.
Fulgencio Florido llega a afirmar que, según tiene
entendido, la primera titular de la Hermandad de los Panaderos fue la que vino
desde el monasterio de Chipiona hasta el colegio de San Acasio.
José Bermejo y Carballo indica en Glorias religiosas de
Sevilla que la advocación «debió adoptarse por devoción especial que profesaran
los individuos de esta hermandad a la célebre y milagrosa efigie de Nuestra
Señora de Regla, venerada en su Santuario cerca de Chipiona». Llegados a este
punto, parece claro que la Virgen de los Panaderos debe su nombre a la
primitiva efigie del Santuario gaditano.
Tanto se universalizó la devoción por María Santísima de
Regla que en el mismo siglo se pudieron dar cita en Sevilla al menos tres
Vírgenes con esta advocación, extendidas por la ciudad gracias a los conventos
agustinos de la calle Sierpes y del barrio de Triana.
El reconocido historiador José Roda Peña, ex hermano mayor
de Los Panaderos y autor del libro La Hermandad del Prendimiento en los siglos
XVII y XVIII, afirma que no es posible establecer de manera documentada que esa
Virgen llegara a ser la primera titular de la corporación, pero que es muy poco
probable, por no decir imposible, que así fuera.
Por otra parte, añade que si bien es cierto que los
agustinos fueron los que difundieron la devoción por la Virgen de Regla, en
Sevilla existían por aquel entonces dos conventos de esta orden: el ya citado
de La Pasión en la calle Sierpes y el del Espíritu Santo en Triana. Además,
según Roda Peña, fueron varias las hermandades que tuvieron como titular a la
Virgen de Regla. De hecho, en el convento del Espíritu Santo en Triana se
hallaba en 1586 una imagen con ese nombre, ya que existe un pleito de sus
cofrades con el procurador general de los agustinos «a propósito del uso de
esta advocación».
Esta hermandad trianera podría, incluso, haber sido el
origen de la Hermandad del Prendimiento, según indica el historiador Federico
García de la Concha. De hecho, en el primitivo libro de Reglas de la
corporación, se hace alusión a una casa, convento o monasterio y a su prior; lo
cual lleva a pensar en la posibilidad de que la cofradía fuera fundada en un
convento, aunque hasta el momento es indemostrable.
Aparte de la Hermandad de los Panaderos y la susodicha
cofradía trianera radicada en el convento del Espíritu Santo, otra corporación
con esta titular mariana fue la que tenía en propiedad un retablo callejero en
Cerrajería y que dadas las exiguas dimensiones del lugar emigró por la ciudad
hasta desaparecer en el siglo XIX. En 1971, la Virgen fue cedida a las
carmelitas descalzas del Cerro de los Ángeles en Madrid.
Según Roda Peña, «poco después de concluirse en la década de
1660 las obras del convento de San Acasio, los agustinos concedieron el
patronato de una de sus capillas a D. Pedro de Agustín Valenzuela, con tal que
colocase en ella a Nuestra Señora de Regla. Lo mismo sucedió en el convento
casa grande de San Agustín, en 1718, cuando por devoción del Padre maestro fray
Francisco de Espinosa se entronizó una imagen de la Virgen de Regla en la
capilla de San Gregorio y las Vírgenes».
Esta teoría podría establecer un símil con la leyenda de la
Virgen blanca procedente de Chipiona, aunque el año 1660 no coincide con el que
se cita en la historia, ni con el de la fundación de la Hermandad del
Prendimiento.
El documento más antiguo que posee la Hermandad de Los
Panaderos es el libro de Reglas de 1601. En las acuarelas de este libro de
Reglas aparece una miniatura de una Virgen de Gloria blanca. Al parecer, era
común en los libros de reglas que las imágenes representadas no tuvieran nada
que ver con la efigie titular de la corporación. Sin embargo, esto no impide
que la Hermandad del Prendimiento, aparte de la primitiva dolorosa, tuviera una
Virgen de gloria con la misma advocación, tal y como ocurre en la Hermandad de
la O.
Como en la información ofrecida desde la provincia gaditana
no figura el tipo de efigie –si era dolorosa o letífica-, no puede refutarse en
este sentido esta hipótesis. Sin embargo, el hecho de que hubiera dos
hermandades más con esta advocación en Sevilla y no exista ningún escrito que
lo atestigüe, dificulta la relación directa entre la Virgen blanca trasladada
por los agustinos desde Chipiona y la primera titular de la Hermandad del
Prendimiento. Si fuera cierta la hipótesis de la Virgen llegada desde Chipiona,
podría haber pertenecido a cualquiera de las tres hermandades o a los distintos
conventos agustinos.
Este vacío histórico ni ampara ni refuta completamente esta
posibilidad, por lo que hasta que no aparezca algún documento que resuelva esta
diatriba, hace reflexionar –sin fundamento histórico- sobre la posibilidad de
que la Hermandad de Los Panaderos tuviera como primera titular a una Virgen
chipionera, traída desde el mismo Santuario donde se venera a una de las
imágenes más universales de nuestra geografía.
Se da la circunstancia que desde 2010 ambas vírgenes de
Regla comparten, además de advocación, el rango de coronada. La Virgen negra de
Chipiona obtuvo este rango en 1954 y la Virgen blanca, patrona de los
panaderos, hizo lo propio 56 años después. La titular de la Hermandad del
Prendimiento es una magnífica imagen, atribuida a la Roldana, cuya historia y
advocación es merecedora de este gran título. Una Virgen que, desde su origen,
siempre ha estado ligada a la localidad gaditana de Chipiona.
Fuente Fotográfica
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