Una tarde en la que media ciudad
aún sonaba a rajeo de guitarra, a zapateao por martinetes y compases por
bulerías, la otra media se dividía en otros dos grupos. Uno, buscaba una silla
en algún bar donde poder ver al equipo de la ciudad ascender a 1ª División y el
otro grupo, se acercaba a la Santa Iglesia Catedral para acompañar a su Divina
Majestad por el insólito recorrido por el que la tarde de ayer Jesús
Sacramentado se acercaba aún más a nosotros.
Comenzaba la jornada bien
temprano montando los pocos altares que este año han esperado el paso de la
obra de Arfe para continuar con la Eucaristía a las 19:00 horas, con un
excelente número de fieles. Monseñor, en la homilía, comparó el día de ayer con
el Jueves Santo, como días en los que se celebran la institución de la
Eucaristía. Así mismo, agradeció la labor de cáritas y voluntarios. Hizo un
breve recorrido histórico de la Catedral e invitó a los actos que se celebrarán
por el 775 aniversario de la consagración de la misma.
A la finalización de la misma y
un comienzo un tanto desorganizado por parte de la entidad competente o las
hermandades que aún no conocen el lugar que ocupan, la Custodia salió gloriosa, al son de repiques de campanas.
Poca afluencia en la calle, y los
que estaban, de edad avanzada, supongo que los de mi generación, estarían ya en
Las Tendillas celebrando que el Córdoba ya estaba en la liga de honor.
Poco a poco la comitiva iba
desfilando por lo que muchos sueñan como carrera oficial, esa ribera del río,
que traía la brisa a nuestros corazones.
En la puerta del puente, también
con su desorganización, pude vivir uno de los momentos más bochornosos que pasé
en el día de ayer. El momento en cuestión fue cuando, pasando las primeras
hermandades por el citado monumento, D. Pedro Soldado Barrios, Delgado Diocesano de Hermandades y
Cofradías, micrófono en mano, su primera
intervención, en vez de ser de cariz
cristiano, fue para recordar que el
Córdoba había subido a primera.
Sr. Soldado, todos nos alegramos
de tal hazaña, pero le recuerdo que usted estaba allí como representante de la
Iglesia, no como socio del Córdoba. No me pareció mal que el Sr. Obispo hiciera
referencia al ascenso al final de la homilía y la bendición, pero que lo primero que nos diga el
Consiliario de las Hermandades sea una referencia al fútbol... por ahí, lo siento, pero no paso; que después queremos
darle solemnidad y tradición a este acto, que debería ser uno de los días más importantes para todo cristiano...
La vuelta a la Catedral, rápida.
Sin contratiempos, pero donde se veían hermandades abandonar el cortejo al
pasar por el Alcázar.
Ayer fue uno de esos días donde
lo trivial le ganó a la Verdad. Donde el pueblo de Córdoba demostró una vez más
que cualquier evento gana al Corpus, sólo hay que ver las fotos de las
Tendillas a la hora que la Custodia estaba en la calle.
Raquel Medina
RecordatorioSendero de Sueños: La humildad como ejemplo