Blas Jesús Muñoz. Traemos a esta sección que aborda la historia de nuestras cofradías a una de las hermandades malagueñas con más sabor, tradición y patrimonio. Momento para que disfruten e indaguen sobre una de las corporaciones más interesantes de nuestra Semana Santa gracias a las palabras de Pedro F. Merino Mata.
Título y denominación actual
La Muy Antigua, Venerable y
Pontificia Archicofradía Sacramental de Nazarenos del Santísimo Cristo de la
Redención y Nuestra Señora de los Dolores se encuentra erigida y establecida
canónica y civilmente en la parroquia de San Juan Bautista de la ciudad de
Málaga desde su fundación en el año 1487. La última renovación de los Estatutos
que rigen la Archicofradía fue aprobada por el Obispado de Málaga el 30 de
octubre de 1984.
Procedencia histórica: Unión en
1801
La actual corporación procede de
la unión entre la Pontificia Archicofradía Sacramental de la parroquia de San
Juan Bautista de Málaga con la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los
Dolores, de la misma parroquia malacitana. Dicha unión-agregación se produjo
merced al acuerdo a tal fin adoptado por el Supremo y Real Consejo de Castilla,
protocolizado mediante Real Cédula de S. M. el Rey Carlos IV, el 28 de
noviembre de 1801. Esta decisión de la Autoridad Civil fue asumida y ratificada
por el Obispado de Málaga, concretamente mediante decreto del Provisor y
Vicario General de la Diócesis, don Agustín Galindo de Aragón, fechado el 20 de
mayo de 1802.
Desgraciadamente, el documento
original de la Real Cédula mencionada se perdió en los sucesos de la invasión
napoleónica de España y la llamada Guerra de Independencia, todo ello acaecido
entre los años 1802 y 1811. Referencias repetidas de la citada Real Cédula se
encuentran en los preámbulos de las varias reformas de los Estatutos de la
Archicofradía ratificadas sucesivamente por el Obispado de Málaga en los años
1841, 1894, 1929, 1977 y 1984.
La Archicofradía, no obstante,
conserva en su archivo una copia completa del expediente de la unión de las dos
hermandades, acaecido entre 1790 y 1801, y, dentro de éste, del auto de la Real
Chancillería de Granada (tribunal civil de la época encargado de gestionar el
proceso de reducción de hermandades del Reino de España iniciado en 1783),
mediante el cual el juez de dicha Audiencia ordenó la agregación de la Hermandad
de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores a la Archicofradía Sacramental
de su misma parroquia de San Juan. Así puede leerse en el último párrafo de
dicho documento, fechado el 26 de marzo de 1801.
Del mismo modo, en el archivo de
la Corporación se conservan también los documentos originales de los trámites
tanto civiles como eclesiásticos de la ejecución administrativa de la Real
Orden de unión. Así figuran entre ellos
un certificado expedido en Madrid el 22 de marzo de 1802 por el secretario de
Cámara más antiguo del Reino, Bartolomé Muñoz de Torres, mediante el que dicho
señor da fe de la autenticidad del acuerdo del Consejo de Castilla respecto de
la referida unión de las dos cofradías, como también un auto fechado en Málaga
el 12 de mayo de 1802 y firmado por Benito Sáiz de Villegas, juez de la Real
Audiencia de Sevilla, por el que éste da cumplimiento civil a la Orden de
unión. Igualmente, completa este proceso el ya citado decreto del Provisor y
Vicario General de la Diócesis de Málaga, de fecha 20 de mayo de 1802,
confirmando la agregación. Interesante y sustancial, asimismo, es el documento
fechado el 19 de mayo de 1802, e igualmente custodiado en el archivo de la
Archicofradía, en el que el sacerdote don Juan Lacosta y el caballero don Pedro
Inés Ruiz del Portal, como hermanos mayores de la Cofradía del Stmo. Sacramento
de la parroquia de San Juan, hacen constar su ausencia de reparo alguno a la
unión con la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores, ya que, según precisan
ante el Vicario Episcopal don Juan de Padilla, “antes bien admiten y aceptan
dicha incorporación por ser la Hermandad de los Dolores un cuerpo bien
organizado, sin nota alguna, que ha manifestado siempre su piedad y celo en los
cultos que frecuentan sus hermanos, muchos de cuyos individuos han sido
hermanos mayores de la Cofradía del Stmo. Sacramento”. El párrafo transcrito da
idea del grado de fuerte relación que debía ya existir entre los cofrades de
ambas corporaciones.
La Sacramental de San Juan, entre las sacramentales más antiguas y nobles
La Archicofradía Sacramental de
la parroquia de San Juan Bautista de Málaga la fundaron los Reyes Católicos en
el año 1487 con el nombre de Cofradía del Santísimo Sacramento, asistiéndoles
el cardenal don Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, y mediante una
bula papal otorgada por S. S. Inocencio VIII. Así puede leerse en los
encabezamientos de los tres sumarios de gracias y privilegios que conserva la
Archicofradía y que fueron publicados por el Obispado de Málaga sucesivamente
en los años 1788, 1801 y 1832, si bien los dos primeros lo fueron a instancia
de la Cofradía del Santísimo Sacramento como tal, mientras que el tercero lo
fue por la ya entonces Archicofradía Sacramental de Ntra. Sra. de los Dolores,
según autorización expresa a tal fin otorgada el 13 de mayo de dicho año por el
Obispo diocesano, monseñor Juan José Bonel y Orbe.
Este dato de la fundación de la
Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de Málaga en
1487, cuyas primeras Constituciones al parecer fueron aprobadas en 1521, posee
una gran importancia desde el punto de vista de la Historia Eclesiástica, ya
que las primeras fundaciones de hermandades sacramentales de las que se tiene
noticia, aún sin aprobación eclesiástica expresa, corresponden a las fundadas
en 1494 por los padres franciscanos Cherubino di Spoletto y Bernardino Tomitano
en las ciudades italianas de Parma, Orvieto, Génova, Bolonia, Forli, Macerata y
Milán, así como en el año 1501 en la iglesia de San Lorenzo in Dámaso de Roma.
También en Roma, en la Basílica de Santa María sopra Minerva, el fraile
dominico Tomás Stella fundó en 1520 la Cofradía Sacramental que, como más tarde
veremos, vendría a convertirse en 1539 en la matriz de todas las hermandades
sacramentales del mundo.
Teresa Enríquez en Málaga y en
1487
Por su parte, en España, doña
Teresa Enríquez, apodada por los historiadores como "La Loca del
Sacramento" por su extremada devoción a la Eucaristía, fundó en la ciudad
de Torrijos una Cofradía Sacramental en el año 1506 para la cual otorgó una
bula de confirmación S. S. el Papa Julio II bajo el título "Pastori
Aeternis" y con fecha de 21 de agosto de 1508.
Curiosamente, consta en los
anales históricos de la ciudad de Málaga que doña Teresa Enríquez, impulsora de
la creación de hermandades sacramentales, estuvo durante varios meses en la
ciudad de Málaga en el año 1487, año de la fundación de la Cofradía Sacramental
de San Juan y año de la toma de Málaga a los musulmanes por los Reyes
Católicos, ya que dicha señora formaba parte del séquito de la Reina Isabel la
Católica, en tanto que su marido, don Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de
León, fue el noble que portó el Estandarte de Castilla en la solemne entrada de
los Monarcas en la ciudad. Según parece, doña Teresa Enríquez era la dama
encargada de dotar de ornamentos litúrgicos a las nuevas parroquias que se iban
erigiendo. Considerando que una de las cuatro parroquias fundadas directamente
en Málaga por los Reyes Católicos aquel año de 1487 fue la de San Juan
Bautista, ¿pudo tal vez doña Teresa Enríquez impulsar la fundación de la
Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia malacitana de San Juan?... Es
ésta una hipótesis cuya incógnita aún no ha sido despejada.
La Hermandad de penitencia de
Nuestra Señora de los Dolores
Hemos indicado antes que la
actual Archicofradía procede de la unión entre la Archicofradía Sacramental y
la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores, ambas erigidas y
establecidas desde sus respectivas fundaciones en la parroquia de San Juan
Bautista de Málaga.
Pues bien, la Hermandad de
penitencia de Nuestra Señora de los Dolores se fundó en fecha incierta del
siglo XVI. No obstante, según consta documentalmente, primero bajo la
advocación de Nuestra Señora del Triunfo y luego bajo el título de Nuestra
Señora de la Soledad, fue Hermandad filial de la hoy desaparecida Hermandad de
Nuestro Padre Jesús de la Columna. Se independizó de la extinta hermandad
matriz en el año 1675, merced a la gestión de su entonces mayordomo, don Pedro
Brito y Cortés, y seguidamente mantuvo un pleito eclesiástico con otra cofradía
malagueña de la parroquia de Santo Domingo, cuya titular igualmente se llamaba,
y aún hoy se llama, Nuestra Señora de la Soledad (actual Congregación del Stmo.
Cristo de la Buena Muerte), por lo que en el año 1687 la Hermandad del templo
de San Juan debió modificar la advocación de su imagen titular por la actual de
Nuestra Señora de los Dolores. Ya con este título, el Obispado de Málaga aprobó
sus primeros Estatutos como Hermandad de penitencia plenamente independiente en
el año 1688.
Juan de Ovando y Santarén, primer
hermano mayor
El primer hermano mayor de la
Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores como institución independiente fue don
Juan de la Victoria Ovando y Santarén Gómez de Loaisa Rojas (n.1624-f.1706),
caballero de la Orden de Calatrava, capitán de Infantería, poeta culterano y
persona muy influyente en la sociedad malagueña de su época. Ovando y Santarén
fue previamente hermano mayor y patrono de la extinta Hermandad de Jesús de la
Columna, matriz también de las otras dos cofradías de la parroquia de San Juan
independizadas de ella al mismo tiempo que la de Ntra. Sra. de los Dolores, la
Hermandad de Ntro. Padre Jesús de la Puente del Cedrón y la Hermandad del Stmo.
Cristo de la Exaltación, actuales cofradías de “La Paloma” y “Fusionadas”.
Ovando y Santarén, segregadas la Hermandad matriz y las tres cofradías
inicialmente filiales, quedó como hermano mayor de las hermandades de Ntra.
Sra. de los Dolores y de Jesús de la Puente del Cedrón, si bien todos los
historiadores le asocian fundamentalmente a la primera, dada la patente y
acendrada devoción mariana que sentía y la cual le llevó a escribir una hermosa
y sentida oda a la Virgen de la Victoria, Patrona de Málaga.
Proceso de unión: 1790-1801
La vida de la Hermandad de Ntra.
Sra. de los Dolores, con su labor de asistencia caritativa a los hermanos,
principalmente en cuanto concernía al enterramiento de cofrades, y de culto a
Nuestra Señora, con especial relevancia del Septenario Doloroso y de las
procesiones de penitencia en Semana Santa, continuó sin especiales vicisitudes
hasta 1790, año trascendental para la Corporación por muchos motivos. Así, fue
en tal año cuando don José Peralta Verdugo, reputado orfebre malacitano y
cofrade de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores, repujaría en plata de ley
la formidable placa de mayordomía que durante siglos fue el motivo central del
Guión corporativo de la Hermandad y la cual se inserta hoy en el estandarte
“Mater Dolorosa”, cuya orla en oro fino sobre terciopelo negro fue bordada por
el artista malagueño don Manuel Mendoza Ordóñez en el año 2000.
Pero fue también en el año 1790
cuando con ocasión de solicitar la Hermandad la aprobación de la reforma de sus
Estatutos ante el Obispado y el Consejo del Reino de Castilla, este organismo
civil decidió aplicarle la Real Orden de Arreglo y Reducción de las Hermandades
del Reino, promulgada en 1783 por el Rey Carlos III, según la cual todas las
hermandades que en esa fecha no gozaran de la expresa aprobación Real de sus
Estatutos o no fueran sacramentales deberían ser suprimidas o unidas a una
cofradía sacramental.
En consecuencia, entre los años
1790 y 1801 la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores,
dirigida por sus entonces mayordomos, el sacerdote don José Sanz y don Carlos
Testa, litigó con el Consejo de Castilla por mantener su existencia, si bien,
como ya quedó expresado antes, finalmente dicho Consejo de Castilla ordenó su
unión con la Archicofradía Sacramental de su misma parroquia de San Juan, lo
que efectivamente se produjo el 28 de noviembre de 1801. Desde esa fecha ambas
hermandades quedaron unidas y agregadas, constituyendo a la postre una sola
Corporación, la Archicofradía Sacramental de Nuestra Señora de los Dolores, a
la cual, ya en fecha muy próxima a nuestros días y con la debida autorización
episcopal, en el año 1984, se le añadió también la advocación del Santísimo
Cristo de la Redención.
Agregación a la Archicofradía
Sacramental de la Minerva de Roma
Pero conviene que nos centremos
de nuevo en la historia específica de la Archicofradía Sacramental de la
parroquia de San Juan de Málaga.
Ya en el siglo XVI, dicha
Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan fue agregada a la
Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Basílica romana de Santa María
sopra Minerva mediante la bula concedida a tal efecto por S. S. el Papa Paulo
III el primero de septiembre del año 1540. Ello fue posible merced a las
gestiones realizadas por don Luis de Torres, malagueño de origen, arzobispo de
Palermo-Salerno y cofrade de la Sacramental malacitana de San Juan. Todo lo
cual así puede leerse también en los encabezamientos de los dos sumarios de
gracias e indulgencias de la Hermandad Sacramental publicados en 1788 y 1801 y
antes mencionados. Justamente, como gesto de reconocimiento y gratitud hacia el
arzobispo don Luis de Torres, la Archicofradía detiene cada año su cortejo en
su tránsito por las naves catedralicias a fin de realizar una ofrenda floral
ante el mausoleo de la tumba del mencionado arzobispo, el cual está situado en
la capilla de San Francisco de la Catedral malacitana.
A partir de la citada agregación
a la Archicofradía romana, la Cofradía Sacramental de San Juan se convierte en
Archicofradía, siendo mencionada en la diversa documentación existente
indistintamente como Cofradía del Santísimo Sacramento y como Archicofradía
Sacramental.
Noticia cierta de la agregación
mencionada existe en el Archivo de la Basílica de Santa María sopra Minerva de
Roma, concretamente en el llamado Registro de Agregaciones de la Cofradía del
Santísimo Sacramento.
Conviene asimismo señalar que la
agregación de la Archicofradía Sacramental malacitana a la Archicofradía
Sacramental romana en septiembre de 1540 tiene gran relevancia histórica, ya
que la erección canónica de la citada Archicofradía de la Minerva tuvo lugar
apenas nueve meses antes, concretamente el 30 de noviembre de 1539 y en virtud
de la bula "Dominus Noster Iesus" a tal fin otorgada por el mismo
Sumo Pontífice, S. S. Paulo III, por lo que la agregación de la Cofradía
Sacramental de San Juan puede considerarse sin duda como una de las primeras
que tuvieron lugar, además mediante procedimiento canónico propio y particular,
y no a través de procedimiento impropio o generalista, como posteriormente
ocurriría con otras agregaciones que bastante más tarde tendrían lugar merced a
la extensión general que de las gracias e indulgencias concedidos a la
Archicofradía romana, y para las hermandades sacramentales existentes en la
época, conllevaría el decreto de la Congregación Pontificia de Indulgencias que
así lo determinó el 15 de febrero del año 1605.
Preeminencia de las Cofradías del
Santísimo Sacramento
De la importancia eclesial de las
cofradías sacramentales, basta señalar la predilección y la preeminencia con
que las distinguían los cánones 711,2 y 701,2 del antiguo Código de Derecho
Canónico de 1917. Así, el canon 711,2 prescribía que “procuren los Ordinarios
del lugar que en todas las parroquias se establezcan las cofradías del
Santísimo Sacramento y de la Doctrina Cristiana”, en tanto que el canon 701,2
establecía que "la Cofradía del Santísimo Sacramento, tratándose de la
procesión con el Santísimo, precede aun a las mismas archicofradías".
Confirmaciones pontificias
Varios Sumos Pontífices han
distinguido a la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista
de Málaga con numerosísimos privilegios. Así, según consta en el segundo
sumario de gracias y privilegios datado en 1801, entre otros, han confirmado su
agregación a la Archicofradía romana de la Minerva, mediante el otorgamiento de
los oportunos breves pontificios, los Papas Julio III en 1550, Paulo IV en
1555, Pío V en 1566, Gregorio XIII en 1572, Gregorio XIV en 1591, Inocencio X
en 1652, Benedicto XIV en 1747 y Pío VII
en 1800.
Precisamente copias de los tres
últimos breves otorgados por S. S. Pío VII a la Archicofradía en diciembre del
año 1800 le han sido remitidas a la Hermandad por el Archivo Secreto Vaticano,
en donde se hallan depositados sus respectivos originales.
El primero de estos breves,
fechado en Roma el 16 de diciembre de 1800 hace referencia al privilegio con
que se dota al altar de la capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de
San Juan de Málaga (la primitiva capilla de la Archicofradía Sacramental que actualmente
alberga también la efigie del Stmo. Cristo de la Redención) con respecto a la
obtención de indulgencias mediante la aplicación de las oportunas misas de
sufragios.
El segundo de dichos breves,
fechado en Roma también el 16 de diciembre de 1800, otorga también diversas
indulgencias a cuantas personas visitaren el mismo altar del Santísimo ya
referido en la parroquia de San Juan de Málaga.
El tercero de los breves
pontificios, fechado en Roma el 19 de diciembre de 1800, confirma la agregación
de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de Málaga a
la Archicofradía Sacramental de la Minerva de Roma, e incluso añade que, si
fuera preciso, concede de nuevo "perpetuamente" dicha agregación, al
tiempo que, textualmente, concluye confirmando "todo lo que el Papa
Benedicto XIV, de feliz memoria, en sus aludidas Letras Apostólicas pudo hacer
constar a favor de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de San
Juan de la ciudad de Málaga sin que nada obste en contrario".
La alusión a las Letras
Apostólicas otorgadas a la Archicofradía por S. S. Benedicto XIV el primero de
mayo de 1747, se refiere a la pérdida que de dicho documento había sufrido la
Archicofradía en su archivo y la cual motivó la petición de las otorgadas por
S. S. Pío VII.
La relevancia de este tercer
breve pontificio del Papa Pío VII es trascendental para la Archicofradía pues,
en primer lugar, demuestra la exactitud documental de los sumarios de gracias y
privilegios de la Archicofradía publicados con licencia del Obispado de Málaga
en 1788 y 1801; y en segundo lugar porque, dado el contenido textual del propio
breve pontificio, dicha Letra Apostólica constituye un certificado de
autenticidad absoluto e incuestionable respecto de la antigüedad y nobleza histórica
de la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista de Málaga.
Reconocimiento del título de
Pontificia
En función de todo lo expuesto, y
concretamente por haber sido fundada en 1487 la Archicofradía Sacramental de
San Juan en virtud de una bula del Papa Inocencio VIII, así como por haber sido
posteriormente agregada en 1540 a la Archicofradía Sacramental de la Minerva a
través de otra bula papal de Paulo III, el Obispado de Málaga, mediante decreto
fechado el ocho de mayo del año 2001 y expedido por el Vicario General de la
Diócesis, don Alfonso Crespo Hidalgo, ha reconocido oficialmente a la
Archicofradía su pleno derecho al uso y disfrute del título de Pontificia.