menu

LO ÚLTIMO

 

lunes, 23 de junio de 2014

Historia de la malagueña Hermandad de Dolores de San Juan (I)


Blas Jesús Muñoz. Traemos a esta sección que aborda la historia de nuestras cofradías a una de las hermandades malagueñas con más sabor, tradición y patrimonio. Momento para que disfruten e indaguen sobre una de las corporaciones más interesantes de nuestra Semana Santa gracias a las palabras de Pedro F. Merino Mata.

Título y denominación actual

La Muy Antigua, Venerable y Pontificia Archicofradía Sacramental de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención y Nuestra Señora de los Dolores se encuentra erigida y establecida canónica y civilmente en la parroquia de San Juan Bautista de la ciudad de Málaga desde su fundación en el año 1487. La última renovación de los Estatutos que rigen la Archicofradía fue aprobada por el Obispado de Málaga el 30 de octubre de 1984.

Procedencia histórica: Unión en 1801

La actual corporación procede de la unión entre la Pontificia Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista de Málaga con la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores, de la misma parroquia malacitana. Dicha unión-agregación se produjo merced al acuerdo a tal fin adoptado por el Supremo y Real Consejo de Castilla, protocolizado mediante Real Cédula de S. M. el Rey Carlos IV, el 28 de noviembre de 1801. Esta decisión de la Autoridad Civil fue asumida y ratificada por el Obispado de Málaga, concretamente mediante decreto del Provisor y Vicario General de la Diócesis, don Agustín Galindo de Aragón, fechado el 20 de mayo de 1802.

Desgraciadamente, el documento original de la Real Cédula mencionada se perdió en los sucesos de la invasión napoleónica de España y la llamada Guerra de Independencia, todo ello acaecido entre los años 1802 y 1811. Referencias repetidas de la citada Real Cédula se encuentran en los preámbulos de las varias reformas de los Estatutos de la Archicofradía ratificadas sucesivamente por el Obispado de Málaga en los años 1841, 1894, 1929, 1977 y 1984.


La Archicofradía, no obstante, conserva en su archivo una copia completa del expediente de la unión de las dos hermandades, acaecido entre 1790 y 1801, y, dentro de éste, del auto de la Real Chancillería de Granada (tribunal civil de la época encargado de gestionar el proceso de reducción de hermandades del Reino de España iniciado en 1783), mediante el cual el juez de dicha Audiencia ordenó la agregación de la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores a la Archicofradía Sacramental de su misma parroquia de San Juan. Así puede leerse en el último párrafo de dicho documento, fechado el 26 de marzo de 1801.


Del mismo modo, en el archivo de la Corporación se conservan también los documentos originales de los trámites tanto civiles como eclesiásticos de la ejecución administrativa de la Real Orden de unión. Así figuran  entre ellos un certificado expedido en Madrid el 22 de marzo de 1802 por el secretario de Cámara más antiguo del Reino, Bartolomé Muñoz de Torres, mediante el que dicho señor da fe de la autenticidad del acuerdo del Consejo de Castilla respecto de la referida unión de las dos cofradías, como también un auto fechado en Málaga el 12 de mayo de 1802 y firmado por Benito Sáiz de Villegas, juez de la Real Audiencia de Sevilla, por el que éste da cumplimiento civil a la Orden de unión. Igualmente, completa este proceso el ya citado decreto del Provisor y Vicario General de la Diócesis de Málaga, de fecha 20 de mayo de 1802, confirmando la agregación. Interesante y sustancial, asimismo, es el documento fechado el 19 de mayo de 1802, e igualmente custodiado en el archivo de la Archicofradía, en el que el sacerdote don Juan Lacosta y el caballero don Pedro Inés Ruiz del Portal, como hermanos mayores de la Cofradía del Stmo. Sacramento de la parroquia de San Juan, hacen constar su ausencia de reparo alguno a la unión con la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores, ya que, según precisan ante el Vicario Episcopal don Juan de Padilla, “antes bien admiten y aceptan dicha incorporación por ser la Hermandad de los Dolores un cuerpo bien organizado, sin nota alguna, que ha manifestado siempre su piedad y celo en los cultos que frecuentan sus hermanos, muchos de cuyos individuos han sido hermanos mayores de la Cofradía del Stmo. Sacramento”. El párrafo transcrito da idea del grado de fuerte relación que debía ya existir entre los cofrades de ambas corporaciones.

La Sacramental de San Juan, entre las sacramentales más antiguas y nobles

La Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista de Málaga la fundaron los Reyes Católicos en el año 1487 con el nombre de Cofradía del Santísimo Sacramento, asistiéndoles el cardenal don Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, y mediante una bula papal otorgada por S. S. Inocencio VIII. Así puede leerse en los encabezamientos de los tres sumarios de gracias y privilegios que conserva la Archicofradía y que fueron publicados por el Obispado de Málaga sucesivamente en los años 1788, 1801 y 1832, si bien los dos primeros lo fueron a instancia de la Cofradía del Santísimo Sacramento como tal, mientras que el tercero lo fue por la ya entonces Archicofradía Sacramental de Ntra. Sra. de los Dolores, según autorización expresa a tal fin otorgada el 13 de mayo de dicho año por el Obispo diocesano, monseñor Juan José Bonel y Orbe.

Este dato de la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de Málaga en 1487, cuyas primeras Constituciones al parecer fueron aprobadas en 1521, posee una gran importancia desde el punto de vista de la Historia Eclesiástica, ya que las primeras fundaciones de hermandades sacramentales de las que se tiene noticia, aún sin aprobación eclesiástica expresa, corresponden a las fundadas en 1494 por los padres franciscanos Cherubino di Spoletto y Bernardino Tomitano en las ciudades italianas de Parma, Orvieto, Génova, Bolonia, Forli, Macerata y Milán, así como en el año 1501 en la iglesia de San Lorenzo in Dámaso de Roma. También en Roma, en la Basílica de Santa María sopra Minerva, el fraile dominico Tomás Stella fundó en 1520 la Cofradía Sacramental que, como más tarde veremos, vendría a convertirse en 1539 en la matriz de todas las hermandades sacramentales del mundo.

Teresa Enríquez en Málaga y en 1487

Por su parte, en España, doña Teresa Enríquez, apodada por los historiadores como "La Loca del Sacramento" por su extremada devoción a la Eucaristía, fundó en la ciudad de Torrijos una Cofradía Sacramental en el año 1506 para la cual otorgó una bula de confirmación S. S. el Papa Julio II bajo el título "Pastori Aeternis" y con fecha de 21 de agosto de 1508.

Curiosamente, consta en los anales históricos de la ciudad de Málaga que doña Teresa Enríquez, impulsora de la creación de hermandades sacramentales, estuvo durante varios meses en la ciudad de Málaga en el año 1487, año de la fundación de la Cofradía Sacramental de San Juan y año de la toma de Málaga a los musulmanes por los Reyes Católicos, ya que dicha señora formaba parte del séquito de la Reina Isabel la Católica, en tanto que su marido, don Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de León, fue el noble que portó el Estandarte de Castilla en la solemne entrada de los Monarcas en la ciudad. Según parece, doña Teresa Enríquez era la dama encargada de dotar de ornamentos litúrgicos a las nuevas parroquias que se iban erigiendo. Considerando que una de las cuatro parroquias fundadas directamente en Málaga por los Reyes Católicos aquel año de 1487 fue la de San Juan Bautista, ¿pudo tal vez doña Teresa Enríquez impulsar la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia malacitana de San Juan?... Es ésta una hipótesis cuya incógnita aún no ha sido despejada.

La Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores

Hemos indicado antes que la actual Archicofradía procede de la unión entre la Archicofradía Sacramental y la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores, ambas erigidas y establecidas desde sus respectivas fundaciones en la parroquia de San Juan Bautista de Málaga.

Pues bien, la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores se fundó en fecha incierta del siglo XVI. No obstante, según consta documentalmente, primero bajo la advocación de Nuestra Señora del Triunfo y luego bajo el título de Nuestra Señora de la Soledad, fue Hermandad filial de la hoy desaparecida Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Columna. Se independizó de la extinta hermandad matriz en el año 1675, merced a la gestión de su entonces mayordomo, don Pedro Brito y Cortés, y seguidamente mantuvo un pleito eclesiástico con otra cofradía malagueña de la parroquia de Santo Domingo, cuya titular igualmente se llamaba, y aún hoy se llama, Nuestra Señora de la Soledad (actual Congregación del Stmo. Cristo de la Buena Muerte), por lo que en el año 1687 la Hermandad del templo de San Juan debió modificar la advocación de su imagen titular por la actual de Nuestra Señora de los Dolores. Ya con este título, el Obispado de Málaga aprobó sus primeros Estatutos como Hermandad de penitencia plenamente independiente en el año 1688.

Juan de Ovando y Santarén, primer hermano mayor

El primer hermano mayor de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores como institución independiente fue don Juan de la Victoria Ovando y Santarén Gómez de Loaisa Rojas (n.1624-f.1706), caballero de la Orden de Calatrava, capitán de Infantería, poeta culterano y persona muy influyente en la sociedad malagueña de su época. Ovando y Santarén fue previamente hermano mayor y patrono de la extinta Hermandad de Jesús de la Columna, matriz también de las otras dos cofradías de la parroquia de San Juan independizadas de ella al mismo tiempo que la de Ntra. Sra. de los Dolores, la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de la Puente del Cedrón y la Hermandad del Stmo. Cristo de la Exaltación, actuales cofradías de “La Paloma” y “Fusionadas”. Ovando y Santarén, segregadas la Hermandad matriz y las tres cofradías inicialmente filiales, quedó como hermano mayor de las hermandades de Ntra. Sra. de los Dolores y de Jesús de la Puente del Cedrón, si bien todos los historiadores le asocian fundamentalmente a la primera, dada la patente y acendrada devoción mariana que sentía y la cual le llevó a escribir una hermosa y sentida oda a la Virgen de la Victoria, Patrona de Málaga.


Proceso de unión: 1790-1801

La vida de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores, con su labor de asistencia caritativa a los hermanos, principalmente en cuanto concernía al enterramiento de cofrades, y de culto a Nuestra Señora, con especial relevancia del Septenario Doloroso y de las procesiones de penitencia en Semana Santa, continuó sin especiales vicisitudes hasta 1790, año trascendental para la Corporación por muchos motivos. Así, fue en tal año cuando don José Peralta Verdugo, reputado orfebre malacitano y cofrade de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores, repujaría en plata de ley la formidable placa de mayordomía que durante siglos fue el motivo central del Guión corporativo de la Hermandad y la cual se inserta hoy en el estandarte “Mater Dolorosa”, cuya orla en oro fino sobre terciopelo negro fue bordada por el artista malagueño don Manuel Mendoza Ordóñez en el año 2000.

Pero fue también en el año 1790 cuando con ocasión de solicitar la Hermandad la aprobación de la reforma de sus Estatutos ante el Obispado y el Consejo del Reino de Castilla, este organismo civil decidió aplicarle la Real Orden de Arreglo y Reducción de las Hermandades del Reino, promulgada en 1783 por el Rey Carlos III, según la cual todas las hermandades que en esa fecha no gozaran de la expresa aprobación Real de sus Estatutos o no fueran sacramentales deberían ser suprimidas o unidas a una cofradía sacramental.

En consecuencia, entre los años 1790 y 1801 la Hermandad de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores, dirigida por sus entonces mayordomos, el sacerdote don José Sanz y don Carlos Testa, litigó con el Consejo de Castilla por mantener su existencia, si bien, como ya quedó expresado antes, finalmente dicho Consejo de Castilla ordenó su unión con la Archicofradía Sacramental de su misma parroquia de San Juan, lo que efectivamente se produjo el 28 de noviembre de 1801. Desde esa fecha ambas hermandades quedaron unidas y agregadas, constituyendo a la postre una sola Corporación, la Archicofradía Sacramental de Nuestra Señora de los Dolores, a la cual, ya en fecha muy próxima a nuestros días y con la debida autorización episcopal, en el año 1984, se le añadió también la advocación del Santísimo Cristo de la Redención.

Agregación a la Archicofradía Sacramental de la Minerva de Roma

Pero conviene que nos centremos de nuevo en la historia específica de la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan de Málaga.

Ya en el siglo XVI, dicha Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan fue agregada a la Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Basílica romana de Santa María sopra Minerva mediante la bula concedida a tal efecto por S. S. el Papa Paulo III el primero de septiembre del año 1540. Ello fue posible merced a las gestiones realizadas por don Luis de Torres, malagueño de origen, arzobispo de Palermo-Salerno y cofrade de la Sacramental malacitana de San Juan. Todo lo cual así puede leerse también en los encabezamientos de los dos sumarios de gracias e indulgencias de la Hermandad Sacramental publicados en 1788 y 1801 y antes mencionados. Justamente, como gesto de reconocimiento y gratitud hacia el arzobispo don Luis de Torres, la Archicofradía detiene cada año su cortejo en su tránsito por las naves catedralicias a fin de realizar una ofrenda floral ante el mausoleo de la tumba del mencionado arzobispo, el cual está situado en la capilla de San Francisco de la Catedral malacitana.

A partir de la citada agregación a la Archicofradía romana, la Cofradía Sacramental de San Juan se convierte en Archicofradía, siendo mencionada en la diversa documentación existente indistintamente como Cofradía del Santísimo Sacramento y como Archicofradía Sacramental.

Noticia cierta de la agregación mencionada existe en el Archivo de la Basílica de Santa María sopra Minerva de Roma, concretamente en el llamado Registro de Agregaciones de la Cofradía del Santísimo Sacramento.

Conviene asimismo señalar que la agregación de la Archicofradía Sacramental malacitana a la Archicofradía Sacramental romana en septiembre de 1540 tiene gran relevancia histórica, ya que la erección canónica de la citada Archicofradía de la Minerva tuvo lugar apenas nueve meses antes, concretamente el 30 de noviembre de 1539 y en virtud de la bula "Dominus Noster Iesus" a tal fin otorgada por el mismo Sumo Pontífice, S. S. Paulo III, por lo que la agregación de la Cofradía Sacramental de San Juan puede considerarse sin duda como una de las primeras que tuvieron lugar, además mediante procedimiento canónico propio y particular, y no a través de procedimiento impropio o generalista, como posteriormente ocurriría con otras agregaciones que bastante más tarde tendrían lugar merced a la extensión general que de las gracias e indulgencias concedidos a la Archicofradía romana, y para las hermandades sacramentales existentes en la época, conllevaría el decreto de la Congregación Pontificia de Indulgencias que así lo determinó el 15 de febrero del año 1605.

Preeminencia de las Cofradías del Santísimo Sacramento

De la importancia eclesial de las cofradías sacramentales, basta señalar la predilección y la preeminencia con que las distinguían los cánones 711,2 y 701,2 del antiguo Código de Derecho Canónico de 1917. Así, el canon 711,2 prescribía que “procuren los Ordinarios del lugar que en todas las parroquias se establezcan las cofradías del Santísimo Sacramento y de la Doctrina Cristiana”, en tanto que el canon 701,2 establecía que "la Cofradía del Santísimo Sacramento, tratándose de la procesión con el Santísimo, precede aun a las mismas archicofradías".

Confirmaciones pontificias

Varios Sumos Pontífices han distinguido a la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista de Málaga con numerosísimos privilegios. Así, según consta en el segundo sumario de gracias y privilegios datado en 1801, entre otros, han confirmado su agregación a la Archicofradía romana de la Minerva, mediante el otorgamiento de los oportunos breves pontificios, los Papas Julio III en 1550, Paulo IV en 1555, Pío V en 1566, Gregorio XIII en 1572, Gregorio XIV en 1591, Inocencio X en 1652,  Benedicto XIV en 1747 y Pío VII en 1800.

Precisamente copias de los tres últimos breves otorgados por S. S. Pío VII a la Archicofradía en diciembre del año 1800 le han sido remitidas a la Hermandad por el Archivo Secreto Vaticano, en donde se hallan depositados sus respectivos originales.

El primero de estos breves, fechado en Roma el 16 de diciembre de 1800 hace referencia al privilegio con que se dota al altar de la capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de Málaga (la primitiva capilla de la Archicofradía Sacramental que actualmente alberga también la efigie del Stmo. Cristo de la Redención) con respecto a la obtención de indulgencias mediante la aplicación de las oportunas misas de sufragios.

El segundo de dichos breves, fechado en Roma también el 16 de diciembre de 1800, otorga también diversas indulgencias a cuantas personas visitaren el mismo altar del Santísimo ya referido en la parroquia de San Juan de Málaga.

El tercero de los breves pontificios, fechado en Roma el 19 de diciembre de 1800, confirma la agregación de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de Málaga a la Archicofradía Sacramental de la Minerva de Roma, e incluso añade que, si fuera preciso, concede de nuevo "perpetuamente" dicha agregación, al tiempo que, textualmente, concluye confirmando "todo lo que el Papa Benedicto XIV, de feliz memoria, en sus aludidas Letras Apostólicas pudo hacer constar a favor de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan de la ciudad de Málaga sin que nada obste en contrario".

La alusión a las Letras Apostólicas otorgadas a la Archicofradía por S. S. Benedicto XIV el primero de mayo de 1747, se refiere a la pérdida que de dicho documento había sufrido la Archicofradía en su archivo y la cual motivó la petición de las otorgadas por S. S. Pío VII.

La relevancia de este tercer breve pontificio del Papa Pío VII es trascendental para la Archicofradía pues, en primer lugar, demuestra la exactitud documental de los sumarios de gracias y privilegios de la Archicofradía publicados con licencia del Obispado de Málaga en 1788 y 1801; y en segundo lugar porque, dado el contenido textual del propio breve pontificio, dicha Letra Apostólica constituye un certificado de autenticidad absoluto e incuestionable respecto de la antigüedad y nobleza histórica de la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan Bautista de Málaga.

Reconocimiento del título de Pontificia


En función de todo lo expuesto, y concretamente por haber sido fundada en 1487 la Archicofradía Sacramental de San Juan en virtud de una bula del Papa Inocencio VIII, así como por haber sido posteriormente agregada en 1540 a la Archicofradía Sacramental de la Minerva a través de otra bula papal de Paulo III, el Obispado de Málaga, mediante decreto fechado el ocho de mayo del año 2001 y expedido por el Vicario General de la Diócesis, don Alfonso Crespo Hidalgo, ha reconocido oficialmente a la Archicofradía su pleno derecho al uso y disfrute del título de Pontificia.





Hoy en GdP


Buscar en Gente de Paz




WWW Gente de Paz