No es la primera vez que tengo el gusto de entrevistar a don Demetrio. Sin embargo, esta ocasión ha sido distinta. La polémica sobre la gestión de la Catedral, la Magna Mariana de 2015, los problemas internos en algunas hermandades, su labor pastoral o las cuentas de la Agrupación de Cofradías son algunas de las cuestiones que se posan en el horizonte de la actualidad católica y cofrade de Córdoba.
Cuestiones que, el Obispo de Córdoba, no ha tenido inconveniente en asumir y contestar ante la petición de Gente de Paz. Una respuesta rápida y amable por la que no me queda sino agradecer a nuestro pastor su deferencia con este medio.
Palabras, pensamientos y afirmaciones que, con toda probabilidad, nos ayudarán a entender mejor la realidad en que estamos inmersos. Disfruten.
Pregunta (P): Cuando preparaba esta entrevista reflexionaba acerca de la repercusión mediática que posee la figura de un Obispo. Y, sin duda, para quienes no tienen la posibilidad de conocerlo en un plano más personal tendrán una visión predeterminada de usted, ¿qué le diría sobre cómo es Demetrio Fernández?
Respuesta (R): Soy una persona normal, enviado para servir. Me envía la Iglesia para servir a los cordobeses, católicos o no. No soy un príncipe ni pertenezco a la alta sociedad. Soy simplemente un trabajador en la viña del Señor, y procuro estar cerca de la gente para servirla en el nombre del Señor.
(P): Cuando es nombrado Obispo de Córdoba ¿Cuál fue su primer pensamiento?
(R): Acoger la voluntad de Dios, expresada por el Papa al nombrarme obispo de Córdoba. Mi primer pensamiento fue un acto de amor inmenso a todos los cordobeses, que el Señor me daba para cuidarlos.
(P): Ha llevado una intensa labor pastoral desde que llegó a Córdoba ¿Qué destacaría?
(R): Sobre todo, la Visita Pastoral. Es como una prolongación de la Visita de Cristo buen pastor a su pueblo para expresarle su cercanía y su misericordia. Eso supone patear pueblo por pueblo, calle por calle, casa por casa de enfermos, reunirme con muchos grupos, visitar muchos centros escolares, acudir a muchos ayuntamientos, hablar con el cura, tratar con todos. Muchos kilómetros. Es una tarea fatigosa, pero muy gratificante, pues produce una inmensa alegría en todos.
(P): ¿Qué le ha aportado esta diócesis?
(R): Muchísimo. Es una diócesis muy viva, hay mucha solera de fe en ella. Me siento muy a gusto en Córdoba.
(P): Durante los últimos meses se ha cuestionado (desde mi punto de vista de forma injusta y tendenciosa) tanto la gestión como la titularidad del primer templo de la diócesis ¿Cómo lo ha vivido Mons. Demetrio Fernández?
(R): Nadie ha discutido nunca esa titularidad. La propiedad de la Catedral es indiscutiblemente de la Iglesia Católica, que la ha cuidado con todo mimo y esmero durante ocho siglos, por eso está tan bien conservada. Es un monumento emblemático de la ciudad de Córdoba, que atrae muchísimo turismo, motor de la ciudad. Si nos va tan bien, ¿para qué cambiar ahora?
(P): ¿Qué les diría a quienes cuestionan la gestión de la Catedral?
(R): Que no tienen razones objetivas para hacerlo, y lo hacen por pura ideología anticatólica. Pero que tengan cuidado, porque puede hacer un daño inmenso a la ciudad de Córdoba.
(P): A día de hoy, tras declaraciones de diversas instituciones y organismos, como el propio gobierno de la nación, zanjando la polémica, siguen produciéndose informaciones que atacan a la Iglesia y a su labor con el templo ¿A qué cree que se debe?
(R): No sé, pero me suena a manipulación de grupos ocultos, que no buscan el bien de Córdoba.
(P): Muchos cordobeses sienten la Catedral como un lugar propio, destinado al encuentro e incardinado en la cultura católica que dicta nuestra historia ¿Qué les diría?
(R): La Catedral está abierta a todos continuamente, desde el punto de vista de culto católico y desde el aspecto cultural. Es un lugar entrañable para todo cordobés. Los cordobeses no tienen que pagar nunca por entrar en este monumento.
(P): Este año celebramos el 775 Aniversario de la conversión de la antigua Mezquita en Catedral Católica y templo mayor de nuestra Diócesis ¿Cómo valora los actos que se van a desarrollar?
(R): Los actos pretenden transmitir esa actitud de puertas abiertas a todos. Bien gestionada, bien cuidada, quiere abrirse a todos para que todos la disfruten. Y dar a conocer que la Catedral (antigua mezquita) hace continuamente el bien a la sociedad cordobesa.
(P): Uno de los actos que más repercusión y expectación han propiciado (en el ámbito cofrade) ha sido la noticia sobre la realización de una procesión Magna con las Imágenes de la Virgen, coronadas de la Diócesis ¿Cómo nace este ilusionante proyecto?
(R): En Córdoba, hay experiencia positiva de convocatoria y respuesta del mundo cofrade a estos eventos. Y el mundo cofrade lo sabe hacer muy bien. Una procesión Magna con imágenes de la Virgen puede ser un magno acontecimiento, que tendrá su cima en la Catedral. Todos disfrutaremos de ello, aunque a todos nos toque trabajar intensamente. Pero vale la pena.
(P): Las hermandades suponen una realidad notoria en la vida de la ciudad, ¿cuál es la visión que de ellas tiene Mons. Demetrio Fernández?.
(R): Las hermandades en Córdoba tienen un fuerte sentido eclesial, se sienten Iglesia, son la Iglesia. Y tienen la gran capacidad de poner en la calle lo que celebramos en los templos. Son una sonora manifestación de fe cristiana. El mundo cofrade, con las limitaciones y defectos de toda obra humana, constituye un potencial enorme en nuestra sociedad. Prueba de ello es que hasta los políticos no creyentes se acercan y se apoyan en ellas.
(P): ¿Qué deben aportar las hermandades a la Iglesia? ¿Cuál es su papel?
(R): Las hermandades deben ser cada vez más espacios de encuentro y de fraternidad, donde se vive la vida cristiana. Existen para eso. Lugares donde se aprende a ser cristiano, se vive la iniciación cristiana y se aprende a ser solidarios con los más pobres. Este es el gran estímulo de una hermandad, sobre todo para los jóvenes.
(P): Desde ciertos sectores de nuestras cofradías (algunos órganos de gobierno de las mismas y hermanos desvinculados de éstos) hay una preocupación creciente por desarrollar en mayor medida la labor caritativa de estas corporaciones que, en ocasiones, se centra más en el crecimiento patrimonial ¿Cree que, en el momento actual, las hermandades hacen lo suficiente o se debe crecer más en la caridad, preponderando sobre lo patrimonial?
(R): No se trata de plantear alternativas, o patrimonio o caridad. Se trata de enganchar a los hermanos en la profunda devoción a los titulares, y desde ahí salir al encuentro de los que sufren o lo pasan mal. Hay una larga tradición de siglos, que muestra cómo las hermandades en Córdoba han sabido responder en cada momento a las necesidades de su tiempo. Por ejemplo, el beato Cristóbal de Santa Catalina se deshace en caridad con los necesitados de su tiempo, gracias a la hermandad de Jesús Nazareno que le respalda. Hoy, las cofradías tienen que salir al encuentro de tantas necesidades en niños, en jóvenes, en familias para responder a sus necesidades más elementales. Esto es lo que hace noble a una hermandad y es lo que traerá más jóvenes a las cofradías.
(P): Con lo que las Cofradías aportan a la ciudad en términos económicos en Semana Santa y fuera de ella (concurso de belenes, cruces de mayo, feria), ¿entiende usted el poco apoyo que a cambio las mismas reciben de organismos públicos y del sector empresarial?
(R): Siempre se podría tener más apoyo, pero creo que la riqueza fundamental de una hermandad se encuentra dentro de sí misma. Bienvenidos los apoyos, pero si no llegan más, la hermandad tiene energía interna suficiente para seguir adelante.
(P): La figura del Consiliario en las hermandades es fundamental ¿Cree que la relación entre director espiritual y cofradía deben ser más estrechas, más intensas?
(R): Hemos de crecer todos en la buena dirección. Los consiliarios y las hermandades, cuando van unidos, multiplican su eficacia.
(P): En Sevilla todas las Hdades reciben en las horas previas a su Estación de Penitencia la visita del Arzobispo ¿Se extenderá algún día esta costumbre a Córdoba?
(R): En cada lugar existen sus tradiciones particulares. En Córdoba no existe esa costumbre ni la veo necesaria por ahora. Son días de intensa actividad también para el obispo.
(P): En pocos años hemos visto el apoyo de la Diócesis a una Carrera Oficial en la Catedral. Incluso se apoyan procesiones extraordinarias en la propia Catedral ¿Cómo valora el papel de las cofradías con respecto al primer templo de la ciudad?
(R): Creo que son las mismas hermandades las que se sienten cómodas dentro de la Catedral, y eso me agrada, porque son siempre bien acogidas. Es su casa, porque es la casa de Dios y de toda la comunidad católica. Siempre que podemos, lo fomentamos y lo fomentaremos. Ojalá pueda abrirse pronto la puerta que posibilite la carrera oficial por la Catedral.
(P): En un espacio de tiempo, más o menos reciente, se han producido controversias en el seno de algunas cofradías en torno a sus procesos electorales ¿Cómo cree que afecta a la imagen de esas mismas corporaciones, de las hermandades en general y la visión que, de cara, a quienes no se acercan a la Iglesia se puede estar dando?
(R): El que dirige una cofradía debe asumir esa tarea como un verdadero servicio, no como una promoción personal. He encontrado hermanos mayores y juntas directivas con un gran espíritu de servicio, y la cosa funciona. Cuando no es así, todo se tuerce.
(P): Al hilo de estas polémicas, las cuentas de la Agrupación de Cofradías también han sido reprobadas en dicho organismo ¿Cómo repercuten estos hechos? ¿Se ha cerrado el proceso en falso?
(R): Es un tema del que se ocupa la delegación diocesana y las personas implicadas, que procuran no abrir heridas, sino sanar las cosas para que todo esté en regla. Hemos de aprender continuamente a hacer bien las cosas, para dar cuenta de ellas en su momento.
(P): Entre un nutrido número de cofrades, y católicos en general, existe el anhelo de que la festividad del Corpus volviera a la tarde del Jueves ¿Cree posible volver a esa fecha en un futuro?
(R): Por mi parte, encantado. Veamos si es viable.
(P): Volviendo a la labor pastoral ¿Qué carencias debe cubrir la Iglesia en nuestra Diócesis?
(R): Hay miles y miles de seglares que trabajan y colaboran en las parroquias, a nivel de toda la diócesis: catequesis, cáritas, cofradías, etc. Los conozco, me he encontrado con ellos. Es necesario articular todo ese potencial a nivel diocesano, por parroquias, arciprestazgos y vicarías. Creo que el cauce adecuado es la Acción Católica General, organización de los propios laicos de la diócesis, en plena comunión con los pastores, para potenciar la obra evangelizadora. No perdería nadie su identidad, donde está y donde colabora, y la diócesis ganaría en articulación y organización interna para potenciar el testimonio y la eficacia pastoral.
(P): Osio de Córdoba, San Juan de Ávila, Año de la Fe, JMJ en Madrid… ¿Nuestra Diócesis es ejemplo de vitalidad y compromiso?
(R): Sí, mucho. Además, cada uno de estos acontecimientos ha encontrado eco abundante en los cordobeses, siempre dispuestos. Cada año tenemos peregrinación a Guadalupe, a la que el año pasado acudieron casi 800 jóvenes. Este año 2014, del 24 al 26 de octubre, en su 19ª edición. Animo a todos los cofrades jóvenes a que participen. Es una bonita experiencia, que engancha.
(P): Cuando acabe su labor pastoral en este rinconcito del mundo, cómo le gustaría que se recordase a Mons. Demetrio Fernández.
(R): Como el obispo de San Juan de Ávila.
En nombre de quienes formamos parte de Gente de Paz, agradecerle su amabilidad y disposición hacia nosotros.
Blas Jesús Muñoz.
Con la colaboración de
Guillermo Rodríguez y
Marcos Fernán Caballero