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sábado, 16 de agosto de 2014

La Firma Invitada: El retorno del fraile


Jiennense de Jabalquinto. De la quinta del 70. Fraile carmelita enamorado del Arte. Fue prior en el Santo Ángel, predicador de muchos cultos y hasta de una novena de la Virgen de los Reyes. Hasta que se tuvo que marchar a Córdoba a hacerse cargo de la coronación de la Virgen del Carmen de San Cayetano. Pero ha vuelto para júbilo de cofrades alegres, que ven en fray Juan Dobado a una persona exenta de malaje, entrante y siempre sonriente. “¿Sabes que Dobado ha vuelto a su convento de la calle Rioja?”. El boca a boca ha ido anunciando el retorno del fraile, incluso llegó el sobre de Martín Cartaya con la fotografía de rigor y la cuartilla donde Jesús explica esas instantáneas de papel con su hermosa caligrafía de antiguo régimen. Fray Juan Dobado ha retornado a Sevilla para quedarse, aunque esta vez no será el prior del convento. Tendrá otras cargas en esta nueva etapa, nada menos que sacar adelante las próximas exposiciones de quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, la de la Biblioteca Nacional de Madrid y la de Alba de Tormes. Y acaban de encargarle otra en Taiwán.

Fray Juan se hará también cargo de la dirección espiritual de la Hermandad de Los Gitanos, que ha dado el pelotazo al fichar a un fraile culto que conoce bien a las hermandades, que es un enamorado de la imaginería artística y que sabe utilizar el capote para restar importancia a aquello que no la tiene para no sacrificar la buena convivencia y el entendimiento. No verán a fray Juan cultivar ese puntillismo maníaco propio del inseguro.

Dobado tiene altura de miras para gestionar grandes muestras de obras de arte y la vida cotidiana de la hermandad carmelita del Santo Ángel, a la que quiere inscribir en el Consejo de Hermandades. Nunca hay que olvidar que esta hermandad, nacida en el seno del convento, tiene sus orígenes en 1588, por lo que debería ingresar en la institución cofradiera por la vía exprés. Estaría bueno que el Consejo exigiera una período de pruebas a una hermandad que los cuenta por siglos como pocas…

Sólo queda desearle la mayor ventura a fray Juan en esta nueva etapa en esa iglesia que tiene por feligresía a los vecinos de muchas barriadas de la ciudad que acuden puntualmente los domingos al Santo Ángel, donde estuvo el Valle, donde se refugian las cofradías en los días grises, donde está ese Cristo de Montañés que sale en vía crucis cada cuaresma, donde hay cinco frailes de guardia, una comunidad reducida pero en calma.

A fray Juan lo llamamos el miércoles, 16 de julio, festividad del Carmen, para confirmar su retorno a Sevilla. Y la repuesta es toda una tarjeta de presentación: “Hola, me has llamado el día más bonito del año”. Huele a oveja, como Marcelino Manzano. El cura que sabe sonreír. El fraile que sabe sonreír. “Sean sacerdotes alegres, constantes y humildes”, dijo el Papa.






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