Guillermo Rodríguez. La Hermandad de la Soledad de Santiago ha tomado la decisión de sustituir a la persona que manda la cuadrilla que cada Viernes Santo porta sobre sus hombros a la preciosa talla que en 1975 nació de la gubia de Luís Álvarez Duarte, a partir de la próxima Semana Santa. Hasta este año el llamador de la corporación de Santiago estaba en manos de D. José Antonio Murillo Paños, actual hermano mayor de la corporación que ha optado, con buen criterio, por renunciar al cargo por considerar que en estos momentos su puesto está en otro lugar.
El capataz elegido es Enrique Garrido Montero, actual capataz de los pasos del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, Ntra. Sra. de las Lágrimas en Su Desamparo, La Hermandad Universitaria y la Pro-hermandad de La Conversión (Electromécanicas), que tras asumir la responsabilidad de este nuevo martillo, se convierte en uno de los capataces de afición más importantes de la ciudad.
La Hermandad de la Soledad fue fundada en la parroquia de San Miguel en el año 1975, por un grupo de cofrades surgidos de la antigua Sección Juvenil de la Hermandad de la Paz y Esperanza de Capuchinos, de ahí el color franciscano de su hábito. Un año más tarde se trasladó a la parroquia de Santiago y en 1978 realizó su primera estación de penitencia. En 1979 el incendio producido en su sede canónica obligó a la hermandad a trasladarse al Convento de la Santa Cruz y posteriormente a la Basílica Menor de San Pedro. En 1991 regresó a su hogar de la Iglesia de Santiago tras concluir la restauración de la parroquia. Realiza Estación de Penitencia en la Santa Iglesia Catedral desde 1992.