Redacción. La Unión de Hermandades de Jerez ha informado que la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena, será la que presida el Vía Crucis que organiza y que como es tradicional supone el inicio de la Cuaresma jerezana. Será la primera ocasión en que este hecho suceda.
Curiosamente esta elección podría marcar un antes y un después en la selección del Titular para este acto de culto, en la medida en que hasta ahora existía la norma no escrita de que la elegida no representase expresamente una estación del Vía Crucis.
El Señor de la Sagrada Cena, es una Imagen realizada en 1967 por el imaginero de San Roque, Luis Ortega Brú, de indiscutible calidad y valía artística.
La expresión del rostro del Señor de la Cena es logradísima y es típica de Ortega. Los ojos son enormes y profundos, muy rasgados, reflejando una honda tristeza y un estado de ánimo premonitorio de los padecimientos próximos. La cabeza, con potencias, hace un giro a la derecha y es de inspiración miguelangelesca por su monumentalidad y fuerza psíquica.
La talla es de vestir, colocada en pie, en el instante de la institución de la Eucaristía, con el cáliz en la mano derecha y de tamaño natural, sin rasgos de dolor, sino con una gran expresividad en su mirada. En su conjunto, la imagen es netamente moderna, como corresponde a un imaginero de nuestros días. La nariz es recta y larga y los labios son carnosos y amplios. Las proporciones de la talla son equilibradísimas. Los pies son de una gran finura en la ejecución. Las manos, finas y delgadas, nos trae reminiscencia del Greco. Uno de los mechones del pelo cae sobre la frente, haciendo el artista así un alarde de ingenio y buen gusto.
Su policromia de brillo resalta aun más su rostro cansino. Mirada hacia el lado derecho, señalando su mano derecha la mesa donde compartió la Eucaristía con sus doce discípulos y en la mano izquierda portando el cáliz, dándole vida y movimiento a la figura, propio de un barroco depurado. Pelo y barba admirablemente tallados, a base de suaves rizos y ondulaciones muy propias del momento neobarroco que este artista representa, con su característico estilo de doble "S", teniendo un pequeño mechón sobre la frente y uno grande que cae sobre la clavícula del lado derecho. El cuerpo girado hacia un lateral. Destacamos, por último, la perfecta realización de las venas del cuello del Señor, que aparecen exaltadas, transparentándose al exterior, detalle éste que confirma a Ortega como un consumado conocedor de la anatomía humana.
Esta imagen tiene gran semejanza con el Señor del Soberano Poder ante Caifás de la Hermandad sevillana de San Gonzalo. Fue restaurado entre mayo de 1991 y enero de 1992 por el matrimonio formado por Isaac Navarrete y Rosario Llorente.