El 21 de marzo de 1925 Manuel Revuelto Nieto hizo entrega a la Hermandad de las Angustias de una diadema de "plata fina repujada y dorada con 12 estrellas de brillantes, montados sobre platino y una cruz central del mismo metal e iguales piedras, teniendo además la tal diadema intercalados en el dibujo unos pasadores de pedrería montados sobre platino, con un total de 700 piedras de brillantes, amatistas y perlas" (según se describe en la página web de la propia hermandad).
La pieza, labrada por el platero José Aumente Barazal, fue donada por el entonces miembro de Junta de Gobierno, en memoria de sus padres, haciéndole entrega a la hermandad el día 21 de marzo de 1921 y bendiciéndose tan sólo un día después durante la celebración de la Función Principal de Hermandad.
Hasta ese momento la Santísima Virgen portaba una aureola de no demasiado mérito, según se desprende de las crónicas de la época y del escaso material gráfico que se conserva.
Angustias años 20 |
La fotografía anterior está llena de matices que justificarían una entrada exclusiva en nuestro blog, dejando su análisis para una entrada posterior.
Volviendo al acto de la bendición e imposición, su recuerdo perdudará para siempre gracias a la prensa local, cuyas ediciones de los días siguientes publicarían en portada tan ansiado momento.
Sin embargo, se da la circunstancia de que unos meses antes de este estreno, el propio Revuelto Nieto propuso a la Junta de Gobierno ofrecer a la Reina Doña Maria Cristina de Habsburgo-Lorena el nombramiento de camarera honoraria de la Virgen, cargo que se aceptó desde Palacio con fecha 30 de diciembre de ese mismo año. Este hecho tendrá una gran importancia, puesto que algunos diarios publicarán diversas fotografías del momento de la bendición e imposición de la diadema debido precisamente a dicho nombramiento.
David S. Pinto Sáez
Estampita de Nuestra Señora de las Angustias en su camarín de
San Agustín, portando la diadema de José Aumente