Juan Antonio Martínez. Me pidieron una crónica y dije que no porque no quería que nadie venga a por mi, pero me he dicho por lo menos un enfoque cariñoso sí que les voy a dar a los que beben magno, sueñan magnas y juran que son catedráticos en magnas. Han sentado cátedra sobre todo con la fecha y la buena temperatura que ha hecho que no he visto ni la mitad de la vírgenes porque mientras pasaban yo me estaba quitando el sudor de los ojos. Eso sin contar el sambódromo de carrera oficial que con las gradas parecía el circuito de Jerez que creía que de un momento a otro pasaría Jorge Lorenzo. Otro detalle bonito ha sido el de ver huecos en las sillas cuando hace un mes habían vendido la piel del oso, la de la burra y el primer premio de comparsas del año que viene.
Lo mejor de la Magna ha sido el pregonero y no me refiero a Finito sino al que hemos descubierto en el Delegado de Cofradías soltando versos como Pemán. Ya lo veo en el Gran Teatro poniendo el broche de oro al mandato de su presidente favorito. Y para arte el de la Agrupación que no ha colapsao la Cruz del Rastro y el retraso al salir de la Catedral ha sido de una horilla de na´. Tres magnas más y salen a su hora, que artistas. La próxima magna será de palios terminados, lo malo que en esa hay poco donde escoger y van a tener que llamar a refuerzos llenos de sevillanía. Por cierto, si no oyeron la charla del Obispo no nombró a la Seña Zuzana, seguro que esa se la guarda.
Recordatorio Desde el Gallinero: Dan lluvia el sábado