Blas Jesús Muñoz. La campaña electoral (porque a tenor de lo visto en una de las candidaturas, así podría perfectamente denominarse), a hermano mayor de la Esperanza de Triana alcanza su recta final en esta quincena de junio, mientras toma una deriva que recuerda más a la vertiente social de uno de los candidatos que a unas elecciones cofrades.
Todo comenzó con los vídeos promocionales de las candidaturas que, en el caso de Rivera (probablemente, más acostumbrado a estas lides), tuvo un primero que era más una primo del segundo que vendría y lo colocaría en dos ocasiones distintas en la cabecera de los "noticiarios cofrades".
Después, la espera para conocer a los integrantes de la candidatura del torero dio paso a un guión, perfectamente estudiado, donde se pasó del desconocimiento de apellidos y rostros a una intensa campaña de mítines por pueblos, Triana y alrededores. Todo ello, ajustándose con pericia al itinerario de cualquier candidato a un cargo político.
El último movimiento sobre el tablero ha sido una petición de amparo al arzobispado hispalense. Término que recuerda tanto a los recursos que se presentan ante el Supremo como a aquéllos efectuados a instancia de la Junta Electoral.
Los hermanos de la corporación pueden o no estar contentos, lo que parece claro es que, de cara a la mayor universalidad que prometía Fran Rivera en sus vídeos, se va a alcanzar pero no por méritos estrictamente cofrades.