Raquel Medina. Tres meses han durado las 15 estaciones de
penitencia que conducen al templo de la localidad madrileña de
Cenicientos, un Vía Crucis que "además no costó un duro a las arcas municipales porque lo financió la Comunidad de Madrid". En efecto, una de las más urgentes medidas adoptadas por la nueva corporación socialista ha sido retirarlo de las calles de la población.
Según palabras de su alcaldesa "suponían una barrera arquitectónica como comentaban los vecinos y que era una falta de respeto para aquellos vecinos que no procesan ninguna religión o que profesan la religión musulmana que también forman parte de la comunidad y que hay que respetarlos también". Del mismo modo ha criticado que el anterior equipo de gobierno "destinara fondos de la Comunidad de Madrid a este tipo de símbolos".
En este sentido, el PP se ha manifestado al respecto asegurando que la alcaldesa "ha demostrado que son motivos ideológicos y rechazo hacia una confesión religiosa que no hace ningún daño, que es mayoritaria entre la población de Cenicientos y que no tiene ningún sentido. El PSOE se caracteriza por un anticatolicismo aplastante y esto es una muestra más".
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