En estos días de tiempo estival, donde la actividad cofrade disminuye un poco -aunque siempre salen algunas noticias a destacar-, y en un mes en la cual la protagonista es la Virgen del Carmen; me surgen ideas y reflexiones sobre la forma de gestionar una hermandad o el trato que reciben algunos hermanos por parte de uno miembro o varios de Junta de Gobierno.
Ya en un anterior artículo, les hablé del respeto a los cristianos y cofrades, sin embargo me surge la idea de qué entre nosotros mismos no nos respetamos, que en ocasiones menospreciamos a hermanos que han hecho o hacen un gran labor para una hermandad, y que se les falta el respeto constantemente. He podido comprobar esto en primera persona por parte de algunas personas, que no me han tenido la consideración adecuada.
Pero a muchos, he puesto un poco la otra mejilla como decía nuestro Señor, y he seguido hacia adelante, perdonando sus actitudes, actitudes que no creo que se puedan considerar de buen cristiano y cofrade -aunque otros dirán que tampoco es de buen cristiano, criticar-. De esto último, ya dije lo que pensaba de la auto-critica, tan necesaria en estos tiempos, en los cuales todo está bien y va de maravilla, sin tener el más mínimo reproche a nada.
No obstante, siguiendo con este tema, he visto cómo hay cofrades que trabajan y han trabajado por su hermandad, por el amor y devoción que siente a su hermandad y sus titulares, para no recibir nada a cambio, como debe ser; pero en cambio, algunos de ellos, han sido despreciados y ninguneados, por aquellos que se creen mejores en todo, y sólo son en nada, en la más absoluta mediocridad. Ejemplos también en nuestra sociedad, los hay a montones de esto que les hablo.
Esto no ocurre siempre, ya que hay un porcentaje de cofrades que son muy diferentes a estas personas tan creídas. Estos cofrades son el vivo ejemplo de bondad que predicaba Cristo, que ayudan sin pensárselo a otros, sin mirar quién es. Les voy a dar un ejemplo, un amigo mío que es fotógrafo cofrade, y en una de las numerosas ocasiones, en las cuales se ha desplazado a otra localidad distinta a la suya, para realizar uno o varios reportajes, recibió la ayuda de varios miembros de la Junta de Gobierno de la hermandad a la cual estaba realizado el reportaje de cultos de uno de sus titulares, incluso del propio Hermano Mayor, que mostró cualquier disposición en lo necesitará. Evidentemente, él se ha sentido en deuda con ellos, y colabora, además de ayudar en lo que necesite la hermandad. También, me comentó que sigue recibiendo igual trato como el primer día.
Todo esto que les he comentado desde el principio, me lleva reflexionar sino se está creando en algunos casos cofrades que pueden acabar con este mundillo, ya sea por falta de la formación necesaria o por haber seguido el ejemplo de algunos cofrades que no son el verdadero espejo en el cual mirar; pero es necesario que esto cambie un poco, y que no se pierda el norte en el respeto y la forma de ser y actuar correctamente dentro de una hermandad. Es verdad que el último ejemplo que les he dado, es más en consonancia con el buen hacer cofrade, sin embargo, parece que las otras formas -no correctas y censurables-, se han imponiendo en algunas juntas de gobierno y la vida interna de algunas de nuestras corporaciones.
Juan Evaristo Callejas Jerónimo