Antonio Rendón. En la sevillana localidad ribereña de Alcalá del Río, se celebró la procesión de bajada del paisano, patrón y alcalde perpetuo de la localidad Ilípense, San Gregorio de Osset. La procesión, en rosario de la aurora, partió desde la Real Ermita de San Gregorio de Osset, lugar donde tiene su sede y recibe culto, hasta la Parroquia de Santa María de la Asunción, para la celebración de los cultos de Novena en su Honor, con motivo de sus ferias y fiestas.
Esta procesión es conocida popularmente como de “bajada”, debido al desnivel orográfico entre su Real Ermita y la parroquia de la localidad. Un año, en esta primera salida procesional que discurrió por la zona centro, iba portado el paso del Santo a hombros por los hermanos de la Hermandad Penitencial de la Vera-cruz, con el rezo del rosario por megafonía a cargo del Rdo. Párroco de la villa Fernando Reyes Rico, que rezaba las oraciones con la feligresía.
A continuación acompañado la procesión una amplia representación del equipo de gobierno del Municipio, encabezado por su alcalde, Antonio Campo Ruiz, además de las representaciones de las Hermandades y Cofradías de la localidad, así como una ingente cantidad de fieles y devotos, en grupo sin orden determinado.
Breve historia de San Gregorio de Osset
Entre los Siglos IV y V, imperaba en la Península Ibérica la doctrina llamada más tarde la herejía arriana de la que eran partidario los Reyes y clases dominante, quien perseguían y combatían a los católicos, en muchos casos hasta el martirio.
Fue durante estos años de persecuciones, cuando se elevó desde la pequeña Aguas Duras( hoy Alcalá del Río) la voz fuerte y valiente y docta del sacerdote Gregorio, que defendió con sus predicaciones y escrito la pureza del Dogma de la Stma Trinidad, en contra de Arrió.
Lucho incansablemente, contra la herejía arriana, hasta vez culminado sus esfuerzo, con éxito por lo que solía representar, escribiendo su libro de "Trinitate contra Arriano", y a los pies dos cabeza cortada de arrianos, como símbolo de su victoria.
A pesar de las leyes que prohibía enterrar a los muertos dentro de las ciudades, Salvo, que fuese Reyes o personas muy destacada, San Gregorio de Osset, fue sepultado dentro de Alcalá, lo que demuestra la gran fama de Santidad, con que debió vivir y morir el Santo Ilípense.
