Antonio Rendón. Llegó el día más esperado el sábado 24 de octubre, la procesión extraordinaria de la Virgen de la Hiniesta bajo palio como culmen de la celebración de los 450 años de las primeras reglas penitenciales de la Hermandad.
Un barrio sevillano como el de San Julián, engalanado con colgaduras banderolas y cadenetas de papel recibía a la Hiniesta penitencial en su paso de palio cruzando la puerta ojival de su templo donde tiene su sede y cultos a las 16 horas, para iniciar un largo recorrido de 12 horas de duración que le llevó a visitar a las parroquias e iglesias en las que de forma temporal, ha tenido su sede la cofradía.
Unos 500 hermanos con cirio azules se integraron en el cortejo de acompañamiento que encabezada la cruz parroquial. Entre 30 y 40 estandartes de distintas hermandades de Sevilla y de fuera de Andalucía, entre Glorias, Sacramentales y Penitencia, que participaron en la comitiva durante la primera parte del recorrido.
De este modo, la procesión oficial llegó hasta los comedores de las Hijas de la Caridad de la Plaza del Pumarejo, a partir de ese momento la comitiva se disolvió y dio comienzo, con una procesión con carácter glorioso con un cortejo mucho más reducido, con el estandarte del Rosario de San Julián y de la Hiniesta y el Libro de reglas que portó un pertiguero.
El paso de palio de la Santísima Virgen iba compuesto en su exorno floral, de nardos, rosas de pitiminí y hypericum, que se combinaba todas de blanco como la pureza de la virgen. Al mando del martillo el Capataz Rafael Ariza Moreno y sus auxiliares capataces, que pasearon a la señora de la Hiniesta al son de la Banda de la Sociedad Filarmónica del Carmen de la localidad sevillana de Saltera, formación que dirige José Antonio Santo Salas, mientras que la agrupación Santa María Magdalena de la localidad sevillana de Arahal, cuya formación que dirige su director David Rodríguez Martínez, abrió la comitiva de la procesión.
Fotos Antonio Rendón Domínguez