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jueves, 29 de octubre de 2015

Silencios y verdades en la cuadrilla de la Señora


David Pulido Ruiz. El silencio, ése que tanto echamos de menos con demasiada frecuencia entre los que realizamos nuestras Estaciones de Penitencia y entre el público que las contempla, es muchas veces utilizado para echar tierra a determinadas cuestiones, como si con ello se enterrase algo -o a alguien-.

Pero el silencio, en estos últimos casos, de poco sirve cuando se enfrenta a hechos tangibles y observables. He meditado mucho el hacer pública la parrafada que a continuación escribo pues soy consciente que con ello me gano la enemistad de numerosas personas a las que considero hermanos, pero concluyo que algunos de ellos tampoco han tratado como hermanos a bastante gente, utilizando sus puestos de responsabilidad en Junta para beneficio personal (beneficio en cuanto a figurar como algo que, en mi opinión, no están capacitados). También soy consciente que estas palabras sólo podrán encender un poco a los aludidos pero no servirán de nada pues son ellos los que mandan.  Así, en nuestra Hermandad de los Dolores hay algunos silencios que hoy intentaré aclarar con hechos, las opiniones las dejo a cada cual.

Hay un silencio hacia tres miembros de la cuadrilla de la Virgen que se supone están sancionados con no volver a salir en virtud a los siguientes hechos:


- El primero por hechos y expresiones lamentables durante el transcurso de un turno de barra en la pasada Cruz de mayo. Hecho: entregada carta de disculpa aún nadie le ha contestado.

- Otro por un enfrentamiento con un costalero del Cristo durante la igualá para la extraordinaria por el 50 aniversario de la coronación canónica de nuestra Madre y que se repitió, esta vez con insultos hacia el ahora recién nombrado capataz, Antonio Cuenca en la igualá para la Regina Mater. Hechos: el costalero del Cristo no fue sancionado -hijo de una de las familias que hoy maneja la hermandad- / el ahora capataz Antonio Cuenca agarró del cuello a este costalero con ademán de agredirle como respuesta a los insultos / aún nadie le ha dicho al costalero "en firme" su situación.

- Y un tercero por una expresión que faltaba al respeto a la Junta de Gobierno en un whatsapp. Hecho: nadie le ha dicho nada "en firme" sobre su situación.
No pienso justificar ninguna de las reprobables y lamentables formas de estos costaleros, pero no puedo obviar tanto el silencio hacia ellos como la "desigualdad" de trato.

Con respecto al mundillo del costal de la propia Hermandad relato algunos hechos acaecidos y, creo, muy clarificadores:

- En el paso de Cristo han estado tres personas como contraguías conocidos en este mundo del costal y el llamador (Cerezo, Pachi, Pedro Navarro). Los tres hicieron un buen trabajo, mejor dicho, hicieron el trabajo técnico que el capataz Francisco Ávalos no sabía hacer, además de intentar aportar efectivos a la cuadrilla. A Pachi incluso se le prometió, por parte de Juan Carlos Ávalos -recién nombrado ahora capataz segundo de la Virgen y por entonces Diputado Mayor de Gobierno- el puesto de capataz de la Virgen que en ese momento ocupaba yo. Los tres dimitieron al ver la manipulación realizada.

- El puesto como segundo capataz de la Virgen se lo atribuyó el propio Antonio Cuenca en una reunión con Paco Ávalos (capataz del Cristo y Vice Hermano Mayor), Juan Carlos Ávalos (Diputado Mayor de Gobierno), el propio Cuenca (cargo en Junta) y yo tras la dimisión  del anterior "segundo" por ocupar alto cargo en otra Hdad y creer, honestamente, que no debía continuar. No me opuse a su solicitud. Aclaro que Antonio Cuenca es cuñado de los hermanos Ávalos.

- El "curriculum" de estas tres personas mencionadas (hermanos Ávalos y su cuñado) en cuanto al mundo del costal se refiere, es francamente deficiente.

- Juan Carlos Ávalos, mientras estaba de Diputado Mayor de Gobierno me insistió en varias ocasiones en cesar a los contraguías que llevaba. Tras las elecciones del pasado año, el nuevo Diputado Mayor de Gobierno, en primera reunión, me "impuso" cesar a los contraguías pero que fuese "algo mío, no porque él lo dijera para no implicar a la Junta". Obviamente a ambos les dije la verdad cesando en primer lugar a uno de ellos -no lo había nombrado yo- con dolor pues es una gran persona que aportaba cariño, unión y transmitía devoción. Al ser cesado, me llamó Antonio Cuenca para decirme que propusiese a su cuñado Juan Carlos Ávalos para ocupar el hueco vacante "y así callar bocas". Efectivamente lo propuse y nadie volvió a hablar de quitar al otro contraguía. Curiosamente Juan Carlos Ávalos y ese otro contraguía han compartido la trasera del paso en las tres salidas de este año.

- Ahora se nombra a Antonio Cuenca y su cuñado Juan Carlos Ávalos como capataces, y según me he enterado de primera mano, el otro contraguía, Antonio Jesús Pérez Redondo, ha dimitido considerando que no se valora su trabajo.

- Actualmente, de las 6 personas que están en ambos pasos -podrán llegar a siete u ocho en función de a quién ponen de contraguías en la Señora-, 5 pertenecen a Junta de Gobierno y cuatro son familia entre sí. Habrá que ver a quién ponen en la Virgen, que no me extrañaría que fuese o alguien que pueda traer costaleros al paso, o incluso alguno de las familias que manejan la Junta.

- Mi dimisión fue provocada por el hecho acaecido en la igualá para la Regina Mater con Francisco Ávalos por querer hacer las cosas a su manera, dando ambos un bochornoso espectáculo a voces delante de una cuadrilla. Concluí que ni él (Vice Hermano Mayor) ni el Diputado Mayor de Gobierno que nos calmó pero sin imponer al capataz del Cristo lo que, al menos a mí, me parece obvio: que ese capataz no tenía por qué inmiscuirse de esa manera en mi trabajo. Por ello concluí que no se valoraba el trabajo realizado además de la imagen personal dada.

Lo de las voces de este hermano es algo público y que en muchas ocasiones ha dado lamentables muestras. Soy testigo de bastantes.

Hasta aquí hechos, hay muchos otros relativos a otras cuestiones como cultos, valoración de los Titulares, etc, etc, que también tienen sus hechos y sus silencios. Pero como me centro en la cuestión de las cuadrillas, ahora expongo opiniones:

- Nunca he sido merecedor del privilegio de ser capataz en la Virgen de los Dolores, ni por currículum ni casi por nada.

- Creo que los que actualmente mandan en ambos pasos no son -ni por asomo- idóneos para esos puestos.

- Creo que hay dos/ tres clanes que manejan esta hermandad. Alabo su decisión de dar el paso adelante y tomar la responsabilidad que pocos quieren tener. Sólo una diferencia: está claro quiénes se "benefician" personalmente de ello al ocupar puestos muy relevantes "en la foto".

- Me arrepiento de ser parte implicada en muchos de estos hechos y pido perdón a la cuadrilla por todo ello, por mis hechos y mis silencios. Quizás el escribir estas líneas sea un hecho deplorable, pero creo que deben conocerse para formar la opinión de quien le interese. Por cierto, aconsejo que para tener una opinión "redonda" deberían también conocerse los hechos, silencios y opiniones de aquellos a quien de una u otra manera he nombrado a lo largo de estas líneas.










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