Blas Jesús Muñoz. El período de paz con las hermandades, desde que Isabel Ambrosio acudiera voluntariamente a imponer la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen de la Esperanza y realizará una levantá en el interior de la Iglesia de San Andrés, ha sido efímero si atendemos a las recientes declaraciones de la primera edil en referencia a la decisión unánime adoptada por las cofradías de incluir la Catedral en sus estaciones de penitencia.
Así las cosas, Isabel Ambrosio ha tildado la decisión adoptada por la Asamblea de hermanos mayores de "grave irresponsibalidad", toda vez que es conocedora de que la elevación a la Unesco de su dictamen sobre la apertura de la segunda puerta podría causar una demora insostenible para las corporaciones penitenciales, debido a que podría tardar hasta un lustro en producirse.
En palabras de Ambrosio " llevar a cabo unilateralmente cualquier actuación pudiera poner en peligro dicha declaración sería una grave irresponsabilidad". Se desprende que para la primera edil las hermandades pretenden poner en peligro el templo. Palabras, a buen seguro, fruto de la reflexión si tenemos en cuenta los días de silencio que hubo en Capitulares, tras el anuncio en este sentido de Rosa Aguilar.
Cuestión de prioridades
No sabemos si la Alcaldesa ha escuchado atentamente tanto al primer defensor de dicha medida, su Primer Teniente de Alcalde, así como si se trata de un guiño a Ganemos (Podemos). Lo que parece claro que podría ser en este sentido, si tenemos en cuenta el lamentable espectáculo que han dado PSOE, IU y Podemos tras el minuto de silencio en memoria de las víctimas de los Atentados de París en la mañana de este lunes. Así pues, tras el homenaje a los fallecidos por la barbarie los representantes de los tres grupos han querido hacer otro de dudoso gusto y oportunidad.
A petición de la concejal de Ganemos, Victoria López, se ha querido homenajear a los caídos en Raqqa. Cabe recordar que el ejército francés ha actuado contra bases del Estado Islámico y no contra civiles desarmados. Permítanme esta licencia, pero dicho acto merece algo más que una reprobación y debería poner en alerta a los dirigentes cofrades ante la catadura moral del gobierno municipal.
