Blas Jesús Muñoz. En Córdoba, a 20 de marzo de 2016. La mañana del Domingo de Ramos se presenta despejada. El sol comienza a brillar con fuerza llamando a la primavera. Y las calles, llenas de azul, se preparan engalanadas para una Semana Santa radiante, en la que el primer templo de la diócesis tendrá un papel predominante, tras meses de negociaciones.
Así podría comenzar la Crónica del próximo Domingo de Ramos para proseguir con los reiterados estrenos, las nuevas bandas y los rincones más emocionantes, donde costaleros y capataces se ganan "el sueldo" de doce meses repletos de cambios, destituciones y dimisiones.
La última que hemos conocido vuelve a tener a la Hermandad del Calvario como protagonista. En este caso, se trata de Rafael Ramírez Galvín, hasta hace unos días capataz de la cuadrilla del Mayor Dolor, de la que ya amagara (presuntamente) con dimitir tras el Miércoles Santo de 2015. Sea como fuere y más allá de consideraciones particulares, enero nos deja dos dimisiones extremadamente significativas.
El hecho de que resten dos meses para Semana Santa no deja de sorprender (motivos habrá para ello, no cabe duda). Javier Romero renunciaba a su cargo de capataz del Silencio, antes de la propia igualá de la cuadrilla de la que, apenas semanas antes, había tomado el mando. Ramírez Galvín lo hizo con el calendario dispuesto y, al contrario que en la Hermandad del Amor, aquí no había sustituto lo que ha obligado a la corporación de San Lorenzo a poner en funcionamiento todos sus recursos para cerrar un sustituto que garantice el éxito.
Anoche mismo supimos quién es el elegido. Entre tanto parece más recomendable, cada vez, que junto con los programas de mano se incluya o se adjunte otro con el elenco de capataces que han desfilado durante los últimos doce meses.
