Guillermo Rodríguez. Mucha parafernalia, mucho concierto, mucho evento y mucho cartel. La Cuaresma de nuestras hermandades está preñada de noticias que sin que ello tenga la más mínima connotación negativa, a veces hacen perder la perspectiva de dónde está la verdadera esencia de todo esto, dónde debe ponerse el foco de la atención prioritaria, y en qué deberíamos todos centrar la mayor parte de nuestros esfuerzos. Sin lugar a dudas acercar a quienes lo necesitan lo que necesitan, es una de las mejores obras sociales que cualquier cofrade puede desarrollar.
Eso deben tener claro los componentes de la magnífica banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora de la Salud que llevan mucho tiempo dejando constancia de su impecable calidad musical allá por donde derraman su esencia y que una vez más vienen a demostrar la otra cara de la moneda, su impresionante calidad humana.
Por eso, esta tarde, sus notas estarán donde deben estar, en el Hospital Materno-Infantil Reina Sofía, donde celebrarán su concierto extraordinario de Cuaresma que este año alcanzará su octava edición y tendrá lugar en el solárium del citado centro hospitalario a las 18 horas de este sábado 12 de marzo, para acercar los aires de la Semana Santa a estos menores y que con el sonido de la música cofrade puedan pasar mejor el amargo momento de su estancia hospitalaria.
El compás del Naranjo, retumbará con fuerza en el corazón de unos músicos, de unos cofrades, de unos cristianos que con los vellos de punta y la emoción a flor de piel, llevarán la fuerza, la alegría y la eterna luz del universo cofrade a quienes más lo necesitan, porque es en sitios como este donde debe oler a incienso de esperanza e ilusión un sábado de Cuaresma, es aquí donde hay que estar.
Recordatorio La fidelidad de los costaleros de las Penas
