Redacción. Noche de viernes en San Pablo. A dos de la salida procesional, la Hermandad de la Expiración se dispone a celebrar uno de los Vía Crucis más singulares y místicos de cuantos se celebran en Córdoba.
Como es tradición y este año se recupera, el Pregonero de la Semana Santa esta presente. José Juan Jiménez Güeto reza al Señor de San Pablo, de los Calceteros, de Portillos antiguos donde obró milagros, el Crucificado del Viernes Santo. Entre cada Estación se interpretaron piezas musicales de la piedad popular a órgano a cargo del organista mayor de la Catedral, D. Clemente Mata. Casi cien hermanos con cirios color tiniebla acompañaron al Cristo de la Expiracion por las naves del templo fernandino, mientras oían, desde el púlpito, las plegarias del pregonero.
Un Vía Crucis inequívoco y singular que se desarrolla ante la mirada de la bellísima Virgen del Rosario que desde su palio, cuya presencia en el centro de la Iglesia muchos echamos en falta, llora la muerte de su hijo, que atesora una profundidad diferente a cuantos se desarrollan en la ciudad de San Rafael y que cada año regala escenas únicas e irrepetibles que nuestro compañero Antonio Poyato, con la exclusiva luz de las velas para respetar la intensidad del momento, ha atesorado es esta excelente crónica gráfica. Todo un regalo para los sentidos.