Blas J. Muñoz. Tarde de Domingo de Ramos, la Hermandad de
las Penas de Santiago busca la Plaza Grande (porque siempre fue así
conocida). En un breve espacio de tiempo el Señor Amarrado a la Columna
ascenderá por la Calle de la Feria. Y, primero el Cristo de las Penas y
luego el Ecce Homo de San Francisco navegarán la Calle Nueva ante el
asombro de la ciudad rendida.
Ambos caminan por las mismas calles, pues ambos comparten
algo de sí, de su propia historia y del amor de sus cofrades. Todo
comenzó cuando, en la primera mitad de los 2000, las cofradías del
Huerto y Penas de Santiago se hermanaban. Por aquel entonces regían las
mismas Luis Miguel Carrión Huertas, "Curro" y Rafael Moreno Torres
"Rubio". Y de su encuentro surgiría uno de los momentos más especiales
de la Semana Santa de Córdoba.
Y lo que sucedió es que el Señor Amarrado a la Columna
también lleva parte de sí en el paso del Cristo de las Penas. Ello se
debe al Relicario que la Hermandad de San Francisco regalaba a la de
Santiago y que, este Domingo de Ramos, podremos volver a disfrutar de
dicho catafalco que contiene una pequeña porción del Señor Amarrado,
conservada tras su restauración. Siendo éste el motivo por el que el
paso de las Penas porta los dos cirios amarillo tiniebla, color de cera
que luce el Titular del Huerto.
A todo ello, ese mismo paso de Santiago vio entronizar al
Ecce Homo de San Francisco con motivo de la frustrada salida
extraordinaria que lo dejará en la Catedral, pero que daba muestra de la
estrecha filiación de los cofrades de estas dos cofradías del Domingo
de Ramos.
@BlasjmPriego
Foto Gema Poyato
Foto Gema Poyato