Blas J. Muñoz. Noche de Jueves Santo, de regreso a Triana, la Madrugá comienza a terminar su vigilia de lunas expectantes, mientras los acordes de una marcha de Farfán abren la ilusión a la ciudad que se reconoce en aquel bienio mágico que cambió para siempre la forma de concebir el caminar de los palios.
La Virgen de la Victoria avanza de la mano de un miembro de la Saga de los Villanueva y la noche parece ir cerrando su oscuridad distinta en torno al hermoso rostro de la Virgen de la Victoria. Belleza en cada facción que le alcanza hasta el nombre. Su palio, impoluto, mantiene la huella del tiempo, el estilo de uno de los diseñadores que, por escasamente resaltado, no deja de ser un referente necesario para entender las claves de lo que cambió para siempre cuando se despertaba a su propio labor el siglo XX.
Y es que Pedro Domínguez López bien puede considerarse el iniciador del estilo regionalista sevillano. Él le descubrio a un joven Juan Manuel Rodríguez Ojeda la simetría. Fue ver el manto y utiliza dicho concepto en el manto camaronero de la Macarena. Su primer dibujo simétrico e iniciador del estilo regionalista sevillano en el bordado.
Un siglo más tarde
Así las cosas, la Hermandad de las Cigarreras presentará diversas novedades, en cuanto a restauración y estrenos se refiere, el próximo Jueves Santo. Uno de los mismos versa sobre los varales que sustentan el Arca que Domínguez ideara para la Virgen de la Victoria (talleres Borrero de Triana) y que, a continuación, les ofrecemos:
Túnicas y albas del cuerpo litúrgico (acólitos).
Restauración de los varales del paso de palio.
Restauración de las bandera blanca y morada (Cristo) y Blanca (Virgen).
Dos ropas para pajes de la cofradía (de acompañamiento a la Cruz de Guía).