Raquel Medina. Como cada fin de semana, el Santuario de Nuestra Señora del Rocío ha acogido las peregrinaciones extraordinarias de las filiales a las que les correspondían en el calendario que cada año organiza la Hermandad Matriz de Almonte. Una de esas hermandades fue la de la Palma de Condado, Hermandad que promovió las peregrinaciones extraordinarias, por mediación del vizconde D. Ignacio de Cepeda, en 1948.
Durante el ofertorio de su eucaristía en acción de gracias a la Santísima Virgen, la filial número 3 de todas las hermandades rocieras, hizo entrega de dos verdaderas joyas de la historia de la devoción hacia la Blanca Paloma, que automáticamente pasarán a ocupar un lugar preferente en el Museo-Tesoro de la Hermandad Matriz.
La Hermandad entregó un rostrillo del XVIII para la Virgen y el Hisopo y las ramas de eucalipto con el que se bendijeron las coronas de las Imágenes en la Coronación Canónica, el 8 de junio de 1919, y que la familia Casado Cepeda entregó a la Hermandad del Condado onubense.
Recordatorio La Historia hecha cartel para Villamanrique
