Blas J. Muñoz. Probablemente, a días de cumplirse el año de
su primera visita a Córdoba, la Virgen de la Sierra constituya por sí
misma uno de los recuerdos más brillantes del Regina Mater. Desde su
entrada en la capital cruzando por el Puente Romano el umbral de su
propia historia y de la de tantas generaciones, ya se sabía -y no solo
por el gentío que se agolpaba para verla- que estábamos ante un caso muy
singular.
Los recuerdos de aquel Besamanos en la Trinidad, donde
miles de devotos se postraron ante Ella sigue siendo el mejor exponente
de la devoción que despierta. Es una Virgen milagrosa. Es cierto. Y
ahora preside un patio vertical, tan cordobés como su espacio geográfico
en el antiguo Colegio de la Trinidad y donde ahora se halla radicado la
feliz realidad del Museo de la Trinidad.
En la noche de este pasado miércoles 27, la comunidad
parroquial de la Trinidad inauguraba la nueva imagen de uno de los
Patios del Centro Carmen Márquez Criado, donde el espacio expositivo
también presentaba interesantes novedades. La decoración ha
correspondido a Rafael Cuevas Mata, la mitad del alma de Pinsapo Flores,
una de las marcas en auge de Córdoba y que tan buenos resultados ha
dado a numerosas corporaciones de la capital.
En el acto estuvieron presentes miembros destacados de las
hermandades que se integral en la Parroquial de San Juan y Todos los
Santos y su párroco y alma mater de este hermoso proyecto, José Juan
Jiménez Güeto. En el mismo, éste descubría un pequeño retablo cerámico
donde se contiene la efigie de la Virgen de la Sierra. Fueron instantes
cargados de emotividad, donde se rezó a la Santísima Virgen y donde los
recuerdos de un año inolvidable para Córdoba afloraron con la
naturalidad y la Gracia con que siempre brotan las cosas de Dios para
recuperar para Córdoba un patio que en el que ya reina la Virgen de la
Sierra.
@BlasjmPriego
@BlasjmPriego
Fotos Fernando Castro