Blas J. Muñoz. Corría el otoño de 2015, cuando el Obispado daba el plácet a la formación de una junta gestora que viniese a asentar las bases de sendos procesos electorales frustrados en la corporación de Jesús Divino Obrero. Toda vez que, en apenas tres meses, la misma iba a tener frente al reto de un ajuste horario más que notable de cara a su estación de penitencia por la Santa Iglesia Catedral.
Todo ello motivado por el paso por el templo de todas las corporaciones penitenciales y por la intención de las del Domingo de Ramos de adentrarse en las arquerías de Santa María de la Asunción. Enclave al que los cofrades del Amor acudieron semanas antes de la cita, frustrada a la postre por la lluvia el Domingo de Ramos, para ganar el Jubileo de la Misericordia y homenajear a Fray Albino.
Durante estos meses se han venido sentando las bases del que sea el futuro de una corporación que se ha centrado en la formación y la caridad. Dejando otro gesto de los que marcan una forma de hacer las cosas, en el cirio en defensa de la vida que alumbró a la Virgen de la Encarnación en su paso de palio.
Durante estos días la Hermandad se suma a una nueva campaña solidaria, aun con el recuerdo del altar para la procesión del Corpus que elevaron en el entorno de la Catedral y que venía a dar la medida de un trabajo sobresaliente que invita a pensar en la esperanza con que se mira al futuro de una de las cofradías más populares de la ciudad.