Blas J. Muñoz. Cualquier mes del año es adecuado para disfrutar de las cofradías y éstas ofrecen un amplio abanico de posibilidades para que, tanto cofrades como devotos, puedan formar parte de la intensa vida de las mismas. Los ejemplos son numerosos y se reflejan en el seno de las distintas parroquias de la capital cordobesa, como es el caso de San Andrés.
En el templo incardinado en el Realejo quedaba patente lo expuesto el pasado domingo, por medio de la celebración de su Octava del Corpus, en la cual eran parte fundamental las hermandades del Buen Suceso y la Esperanza. A través del trabajo de ambas, la procesión sacramental llegaba a todos los rincones de una de las feligresías más históricas de la ciudad.
Seis días más tarde, la Hermandad de la Esperanza volvía a dar testimonio de la vitalidad de la comunidad eclesial de la Parroquia fernandina. Ello se hacía por medio de la celebración de la Misa mensual de hermanos que celebraba la cofradía del Domingo de Ramos. Todo ello para dar cuenta de la semana más intensa de junio de la Hermandad de la Esperanza en San Andrés.